Messi, Coutinho y Rakitic o la bronca a Valverde, la manzana podrida y el pacto: el nuevo Barça (y se vio contra el Tottenham)

El equipo culé da un golpe en la mesa en Wembley contra los britñanicos de Harry Kane

El FC Barcelona ha sumado tres puntos más en la fase de grupos de la Liga de Campeones después de vencer al Tottenham a domicilio (2-4) en la segunda jornada del grupo B. Con este resultado, los blaugrana salieron lideres de un escenario tan especial para muchos miembros de  la plantilla como Wembley, empatados a 6 puntos con el Inter de MIlán, que venció al PSV Eindhoven (1-2).

Y para un escenario de gala, Ernesto Valverde salió con el tridente de gala, con Phillipe Coutinho formando tridente con Leo Messi y Luis Suárez, acompañados de Ivan Rakitic, Arthur y Sergio Busquets en la medular, y con Semedo, Gerard Piqué, Clement Lenglet y Jordi Alba en la retaguardia.

Coutinho pone de cara el partido

Un tridente que tardó apenas dos minutos en abrir el marcador. Alba aprovechó la salida en falso de Lloris para dejar el balón a Coutinho, que anotó con un disparo ajustado al palo, evitando a los defensas.

Phillippe Coutinho tottenham

El gol entonó al Barça, que durante los primeros minutos tuvo controlado al conjunto británico. Pero los locales de fueron desperezando y al equipo culé le costaba cada vez más acercarse a la portería rival, así como enlazar jugadas largas.

A ello se sumó el susto con Busquets, que sobre el minuto 20 se llevó la mano a la rodilla y se echó al suelo para ser atendido. Por suerte, el de Badia del Vallés regresó al terreno de juego totalmente recuperado. Y con él, el dominio del Barça, culminado con un golazo de Ivan Rakitic, que enganchó una volea espectacular desde fuera del área.

Ivan Rakitic Gol Tottenham

Los blaugrana guardaron la ropa el resto del primer tiempo, siempre sin desaprovechar cualquier ocasión de acercarse a Lloris.

El segundo tiempo empezó con el Barça muy enchufado. Messi ponía el primer aviso con un lanzamiento al palo. Y no fue el único. El de Rosario mandó otro chute calcado al mismo palo. El de Rosario olía sangre.

Pero como suele ocurrir en muchas ocasiones, del 0-3 se pasó al 1-2 de Harry Kane, que finalizó una gran jugada por la izquierda en la que dejó sentado a Semedo. Los británicos se metían en el partido.

Pero el gol no intimidó al ‘10’ culé, que solo dos minutos después anotó el 1-3 ajustando a la base del palo, que ahora no tocó, un pase de Jordi Alba que dejaron pasar Coutinho y Suárez.

Leo Messi elebra Tottenham

Los catalanes pecaron de exceso de confianza y los de Mauricio Pochettino lo aprovecharon para recortar distancias de nuevo con un disparo de Lamela.

El ritmo no bajó y ambos equipos intercambiaron golpes durante el resto de minutos, mientras los técnico echaban mano del banquillo. Sissoko había entrado por Son y Llorente por Lamela para los ingleses, mientras Valverde dio entrada a Rafinha por Coutinho y Arturo Vidal por Arthur.

Pero el partido no había terminado. Al menos para Messi, que en el 89’ sentenció con el cuarto de la noche, el segundo de su cuenta particular y su quinto gol en la Champions.

El pitido final confirmó la segunda victoria en dos partidos de los catalanes en la máxima competición continental.

Aviso a Valverde

Un resultado y una actuación de los culés que dejó claro un mensaje a Valverde. Se acabaron los experimentos. Y la obsesión por Dembélé, que no debe estar en el once tipo.

Se acabó la idea de que Coutinho es el nuevo Iniesta. El brasileño debe ser el que complete el tridente. Y es que tal y como viene diciendo Diario Gol desde hace meses, quiere a Coutinho en el ataque. No a Dembélé.

Messi señala la manzana podrida

Un Dembélé que está muy fuera del equipo. Lejos de entender el juego del Barça y de adaptarse a las ideas del equipo azulgrana.

Los goles a principios de temporada del galo, como muchos sospechaban, fueron un espejismo. Jugar con él era como jugar con 10. Y Messi dijo basta. Al menos en la Champions.

Pacto en la plantilla culé

Porque si algo tiene claro el argentino y todo el equipo es que esta temporada no quieren la Liga, quieren la Champions League. Se han convertido en el Madrid del curso pasado. Un equipo que vive entre luces y sombras en LaLiga, pero que lo tiene muy claro en la Liga de Campeones. Y Messi el máximo goleador.

Así se notó en Piqué, por ejemplo, que hoy se dejó la piel después de varios partidos renqueante, en los que salió retratado en los goles encajados por el equipo. El defensa estuvo soberbio. También en Jordi Alba, más rápido y que dio dos asistencias. O en Luis Suárez, al que se vio mucho más activo y atento en el ataque. O en Rakitic, al que en los últimos partidos le estaban pesando los minutos de más del Mundial de Rusia.

La ‘Orejuda’ es la obsesión esta temporada del conjunto catalán. Del conjunto de Messi.