“Gritos, patadas y puñetazos”. Sergio Ramos, Bale y Benzema (o lo que acaba de pasar en el Real Madrid)

Estalla la guerra en el vestuario blanco

La derrota contra el Éibar sigue trayendo cola. La debacle contra los armeros fue una humillación más en la que está siendo la peor temporada del Real Madrid en muchos años.

Los pesos más pesados del equipo, Sergio Ramos y Santiago Solari, apenas hicieron hincapié en la actuación lamentable del equipo. El de Camas se limitó a hablar de un “mal partido”, mientras que el míster quiso rebajar la gravedad del asunto con buenas palabras hacia sus jugadores.

Thibaut Coutrois fue el único que hizo autocrítica con el equipo. Aunque más que autocrítica, o que hizo el belga es señalar a algunos de sus compañeros. «Tenemos que defender con once, no uno, dos o tres», apuntó el meta, que lleva ya más de una paliza encajadas este curso.

Sergio Ramos estalla en el vestuario

Sin embargo, de puertas para adentro fue otra historia. Aseguran muchos que se escucharon “gritos, patadas y puñetazos” y que el enfado del capitán fue monumental.

Sergio Ramos | EFE

“¡Aquí tenemos que tirar todos del carro!”, afirman que dijo el defensa, en referencia a los pesos pesados del equipo y más concretamente a Marco Asensio y a sus declaraciones durante su concentración con la Selección Española. “Yo no soy el que tiene que tirar del carro. Otros que llevan más años son los que tendrían que tirar”, soltó el balear, retratando a Gareth Bale y eludiendo responsabilidades.

Ramos tiene para todos

Algo que no olvidan en Chamartín y sobre todo Ramos, que como tantos esperaba mucho más del mallorquín que hace unos meses presentaba su candidatura al Balón de Oro. Y es que con estas actitudes, ni Balones de Oro ni de plástico.

Pero Asensio no fue el único. Ramos tuvo para todos. Para un Bale desparecido en combate, para un Benzema que se muestra más intermitente que nunca y para Isco, que sigue dejando muestras de desidia y dejadez en cada una de sus apariciones. El que Solari lo deje en el banquillo no es casualidad. Veremos si el espoleo de Ramos sirve de algo o en los próximos días volvemos a ver la peor cara del Madrid. Próxima prueba de fuego: la Roma, este martes.