Luces y sombras en el primer Clásico de Xavi

El partido sirve para que el técnico catalán saque conclusiones, tanto buenas como malas

Xavi Hernández
Xavi Hernández

Xavi Hernández se encontraba ante un casi imposible a la hora de afrontar su primer Clásico como técnico del FC Barcelona. En una situación pocas veces vista antes en la historia reciente del máximo duelo del fútbol español, el conjunto catalán llegaba al encuentro siendo el Real Madrid claro favorito para llevarse la victoria.

Y es que así lo determinaba la situación deportiva previa de ambos equipos de cara al encuentro: un Madrid pletórico con futbolistas en estado de gracia, y un conjunto culé con la fragilidad defensiva y la incapacidad ofensiva como principales argumentos.

Una imagen opuesta a la mostrada hace un mes

Una situación similar a la que el club azulgrana vivió hace poco más de un mes en el encuentro de Champions League frente al Bayern de Múnich. Los de Xavi se jugaban la vida, e incluso algo más que eso. Dependían de sí mismo para no caer eliminados en la fase de grupos de la competición continental por primera vez en 21 años.

Y a pesar de ser uno de los partidos más importantes de los últimos años para el club catalán, la sensación de pesimismo indicaba lo contrario. Tanto los aficionados como el club veían tan superior en lo futbolístico al conjunto bávaro, que nadie confiaba en la machada, asumiendo el descenso del Barça a la Europa League.

Tal vez estuviesen en lo cierto, ya que los de Julian Nagelsmann pasaron por encima de los culés prácticamente sin esfuerzo, endosándoles un duro 3-0 que dejó fuera a los de Xavi de la máxima competición europea.

Xavi Hernández
Xavi Hernández

Frente al Real Madrid, el resultado fue el mismo, el Barcelona eliminado de la Supercopa de España, pero las sensaciones poco o nada tuvieron que ver. A pesar de ser sobre el papel claramente inferiores sobre el papel a los de Carlo Ancelotti, el conjunto culé tiró de desparpajo y logró dominar varias fases del encuentro.

Finalmente, la pegada del conjunto blanco terminó por imponerse, pero la imagen mostrada por el club ante un rival que partía con un papel de claro favorito fue muy digna, llevando al límite del partido al Madrid hasta el último minuto de la prórroga. Así lo verbalizó Gerard Piqué al terminar el encuentro, asegurando “estar en el camino”, y recalcando que, de seguir así, acabarán “compitiendo por todos los títulos”.

La actitud en ataque, la luz

Aparte de la buena imagen mostrada por su equipo, Xavi salió del King Fahd Stadium con varias buenas noticias: el regreso de Pedri, la consolidación de Alves en el lateral a pesar de su edad… Pero todas las buenas noticias se concentraron en la zona de ataque.

En primer lugar, el gran nivel mostrado por Ousmane Dembélé durante varios tramos del partido, siendo la principal amenaza para la zaga blanca. Dando la razón a Xavi, quien ha instado a Joan Laporta a renovar al francés sea como sea. También el regreso de Ansu Fati, quien, a pesar de no cuajar un partido brillante, volvió a demostrar que tiene una relación especial con el gol.

También fue una nota positiva Luuk De Jong, que anotó un gol, aunque con algo de fortuna, de 9 puro. El neerlandés sigue de dulce, y ha pasado de ser un descarte a ser la principal referencia en punta del conjunto culé.

La fragilidad defensiva, la sombra

La nota negativa llega en la zona contraria del campo. Y es que el Barça se volvió a mostrar endeble en tareas defensivas. El Madrid los destrozó al contraataque, destapando las carencias del conjunto culé a la hora de replegar.

Se volvió a mostrar como un equipo frágil que se rompe y encaja goles con mucha facilidad. También el nivel de Ter Stegen sigue dando de qué hablar. Si bien es cierto que en ninguno de los goles tiene culpa el guardameta alemán, lo cierto es que está lejos de ser ese portero que ganaba partidos.

Sin embargo, a pesar de estas sombras, Xavi parece haber puesto al Barcelona en la senda para volver a ser ese equipo capaz de competir con todo. El tiempo dirá si finalmente lo consigue.