La llegada de Leny Yoro al Real Madrid se cobra su primer víctima

El más que posible fichaje del central francés hace a Nacho replantearse su continuidad en el conjunto blanco

Nacho Fernández
Nacho Fernández

En el mundo del fútbol es muy habitual que cada acción traiga consigo una consecuencia. Y la planificación del Real Madrid de cara a la próxima temporada, en la cual la llegada de Leny Yoro al conjunto blanco es una de las grandes prioridades, no iba a ser la excepción, y no ha tardado en pasar factura en la plantilla.

Un dicho muy extendido en el fútbol es aquel que dice que hay que dejar salir antes de entrar. Y en una plantilla con cuatro centrales de primer nivel, es una obviedad que, para que la joven promesa del fútbol francés aterrice en la capital española, una de esas cuatro piezas tendría que salir. Una pieza que tiene nombres y apellidos: Nacho Fernández.

La decisión de Nacho, pendiente del posible fichaje de Yoro

El capitán del Real Madrid ha sido durante más de una década el suplente perfecto en el conjunto blanco. A pesar de no contar ninguna temporada con el cartel de titular indiscutible, casi todas las temporadas ha terminado jugando una nada desdeñable cantidad de minutos, lo cual lo ha convertido en una pieza clave temporada tras temporada.

Precisamente por esto, el futbolista, a sus 33 años, en casi ningún momento se han planteado su continuidad en el conjunto blanco, a pesar de no ser ese titular indiscutible que todos los futbolistas quieren ser. Sin embargo, la más que posible llegada de Leny Yoro cambia por completo los planes de Nacho, que, como ya ocurriera la pasada campaña, vuelva a plantearse probar suerte lejos de Madrid.

El central madrileño tiene una oferta de renovación sobre la mesa, a la que puede responder cuando quiera. Si del Real Madrid depende, el actual capitán de la plantilla blanca se retirará de blanco, y la posibilidad de que Leny Yoro se quede cedido un año en el Lille es una realidad que en el conjunto merengue estarían dispuestos a asumir. Sin embargo, ese no es el quid de la cuestión.

La realidad es que el canterano blanco, a sus 33 años, aún sigue teniendo un buen cartel en el panorama europeo, y no han sido pocos los clubes de grandes ligas que han llamado a su puerta ofreciéndole un puesto importante. Pero hasta la fecha, Nacho ni siquiera había querido sentarse a escuchar ninguna oferta, teniendo claro que el único color que tendría su futuro sería el blanco.

No obstante, la recuperación de Militao y el estado de forma de Rüdiger, la que apunta a ser la pareja indiscutible de centrales durante las próximas temporadas, sumada a la llegada de otra joven promesa como Yoro, y al futuro regreso de Alaba, dejan al capitán del Madrid en una situación complicada. Y Nacho, plenamente consciente de ello, se plantea, posiblemente por primera vez en su carrera, ponerle fin lejos de la que ha sido su casa, siendo el último futbolista que abandona el deseo de ser el ‘one club man’ justo en la línea de meta.

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