Manifestaciones, carrera cancelada y pódium en el parking de un hotel: así fue la última etapa de la Vuelta a España

La carrera española acabó en el día de ayer con la etapa cancelada antes de llegar a Madrid

Ayer finalizó la Vuelta a España con más incertidumbre, más rara y posiblemente peligrosa de los últimos años. La última de las tres grandes del ciclismo tuvo en el día de ayer un final en Madrid que será recordado durante mucho tiempo en España y en el deporte en general. En una Vuelta donde se ha hablado más de lo extradeportivo que de lo deportivo, el desenlace estuvo a la altura de lo sucedido a lo largo de los últimos días.

La participación de un equipo de Israel en la carrera española ha marcado el desarrollo de la competición. Desde la etapa 11 en Bilbao del pasado 3 de septiembre, las manifestaciones en contra de Israel y a favor de Palestina se han ido sucediendo durante las etapa. Ese día en el País Vasco fue el primero en el que tuvo que acortarse la llegada por la invasión de algunos manifestantes cerca de la línea de meta.

Recibe las últimas noticias en tu correo




La dirección general de la Vuelta tomó esta decisión pensando que pondría así fin a sus problemas, pero ocurrió lo contrario. Desde esa jornada, las protestas y manifestaciones fueron a más: carrera cortada en la subida a L’Angliru por una invasión en la carretera, la crono de Valladolid que fue acortada a únicamente 5 kilómetros y unas cuantas etapas recortadas para evitar las protestas.

Madrid como última etapa de la Vuelta y colofón de las protestas

La Vuelta llegaba ayer a Madrid en su última etapa con todo decidido a nivel clasificatorio. Jonas Vingegaard era el ganador virtual de la carrera tras su victoria en la penúltima etapa en la Bola del Mundo. La etapa final en la capital debía coronarle como campeón, pero eso nunca sucedió.

La salida en Alalpardo transcurrió sin incidentes reseñables. Los problemas empezaron a la llegada al área metropolitana de Madrid. Cuando los ciclistas estaban cerca del Palacio Real y a falta de 56 kilómetros para el final, unos manifestantes cortaron el paso en la carretera e hicieron que el pelotón se parara. En ese momento, en el centro de la ciudad, un grupo muy amplio de manifestantes invadían por completo el recorrido por donde tenían que pasar los ciclistas en la zona de Gran Vía y Callao.

Una vez que los ciclistas conocieron la situación, decidieron no seguir con la carrera y dar por finalizada la etapa. La dirección de la Vuelta secundó la propuesta «para favorecer la seguridad de los ciclistas». La entrada a Madrid era imposible en términos de seguridad y los grupos de manifestantes cada vez eran más numerosos.

Los ciclista se montaron en los coches de equipo y la Vuelta quedó finalizada a causa de las protestas, que cada vez eran más intensas cerca de Cibeles y Neptuno, donde hubo cargas policiales a algunos de los manifestantes más violentos. La carretera quedó inundada de gente y el propósito de las protestas (el de parar la carrera) fue completado.

Sin pódium ni ningún acto oficial

La Vuelta hizo oficial que se suspendía la entrega de premios y todos los actos relacionados con el final de la carrera. El pódium fue realizado finalmente en el parking de un hotel donde se encontraban los ciclistas de la manera más surrealista posible: unas neveras usadas como escalones, un pequeño altavoz que dirigía las celebraciones y una oscuridad propia de un sótano más que de una entrega de premios.

Jonas Vingegaard fue ataviado con el maillot rojo. El ciclista danés declaró tras la cancelación de la carrera que «nos han arrebatado un momento inolvidable”. Mientras tanto, en la calle la situación seguía descontrolada. El control policial estaba desbordado y hubo lanzamiento de vallas y más cargas policiales.

A última hora de la noche se conoció que había 22 policías heridos y 2 manifestantes detenidos por las protestas. El alcalde de Madrid Jose Luis Martínez-Almeida declaró que habían ocurrido “hechos graves e irresponsables como pocos precedentes tienen en esta ciudad”. 

La Vuelta no dio ninguna explicación en la noche de ayer más allá de un simple comunicado donde convocaba una rueda de prensa para hoy. Ahora, el papel para Javier Guillén y la dirección de la carrera es muy complicado viendo lo sucedido en el día de ayer y en los últimos días.

La carrera española ha quedado marcada por las protestas y los cortes. Las consecuencias ya se están dando a conocer y habrá más en los próximos días en una de las Vueltas más extrañas que se recuerdan.

Comenta el artículo

Deja una respuesta