Marco Asensio cuenta el lado más oscuro de Zidane (“Y ésta es la verdad”)

El balear retrata al técnico

Se rompió. El buen rollo entre Florentino Pérez y Zinedine Zidane se acabó.  «Yo, como entrenador, no necesito portero ahora. Luego si en junio hay cambios, nos sentamos y hablamos. Hay posiciones de las que podemos hablar. Pero hoy en día no veo eso, por eso no hablo de jugadores que no están aquí, también porque respeto mis jugadores», dijo el míster en un desafío directo al presidente.

Este discurso, que dio el galo en la previa del Celta-Real Madrid del pasado domingo (2-2), respondía a una pregunta sobre la incorporación de Kepa Arrizabalaga, del Athletic Club, a la plantilla blanca. Y este es el asunto que ha hecho saltar por los aires el feeling que tenían presidente y entrenador.

Tensión en los despachos

Todo se remonta a la noche anterior, la del pasado sábado, cuando ambos mantuvieron una reunión en los despachos de la T4 del Santiago Bernabéu en la que también estaba el director general de la entidad de Chamartín, José Ángel Sánchez.

En ella, los dirigentes le comunicaron al técnico que se había cerrado el fichaje de Kepa y que en los próximos días pasaría a formar parte de su equipo.

Quería meter mano

Una operación que ha desatado el lado más oscuro de Zidane, que lleva un mosqueo monumental.

El motivo es que el galo quería meter a su hijo Luca como fuera en el conjunto merengue. Quería darle trayectoria al que ahora es el tercer portero blanco. Un jugador que a sus 19 años ya es famoso en las redes sociales por sus errores clamorosos en diferentes partidos.

Antecedentes

Un trato de favor por parte de Zizou que no es nuevo en la casa blanca. Los antecedentes se remontan a cuando ZZ era el técnico del Castilla. Entonces, Zinedine dio un protagonismo inmerecido a su hijo Enzo, al que incluso terminó dándola capitanía. La decisión del francés desembocó en un incendio en el vestuario y en la disolución de aquel grupo.

“Y esta es la verdad”, asegura un Marco Asensio  que conoce la historia de primera mano. Marcos Llorente, que formaba parte de aquel grupo no esconde los detalles a sus allegados en el vestuario.

De hecho, ZZ también intentó meter a Enzo en el primer equipo, pero rápidamente se vio que no tenía nivel para jugar en Primera División. Prueba de ello es que se marchó al Alavés, que no este mercado invernal lo vendió al Lausanne suizo.