Florentino Pérez se carga de razones para echarlo, ya tiene la prueba que necesitaba
El presidente del Real Madrid Florentino Pérez pone la cruz definitiva a un peso pesado del vestuario de Zinedine Zidane
Florentino Pérez no es un tipo que necesita precisamente estar cargado de razones, sean las que sean, para llevar a cabo sus planes. Su poder en el Real Madrid es tan grande y evidente que el presidente puede hacer y deshacer a su antojo.
Si bien es cierto que en algunos casos el máximo responsable del club blanco ha estado en el punto de mira por parte de los socios y aficionados, en la capital española existe un consenso acerca del buen hacer a nivel de gestión por parte de Pérez.
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Pero claro, si cuando Florentino considera que tiene razón en un punto en concreto y encima la realidad acaba dándole la razón también a él, el presidente ya no necesita más excusas para llevar a cabo su plan. Y eso es exactamente lo que está pasando con Sergio Ramos.
Florentino Pérez no ve a Sergio Ramos como un imprescindible
No es ningún secreto que la guerra Florentino–Sergio por la continuidad o no del española en el Bernabéu hace meses que se está librando. Desde el entorno del defensa apuntan que el Madrid debería, por respeto y agradecimiento a los servicios prestados, tener un buen gesto con el de Camas y darle lo que pide.
Una idea que no encaja con los planes de Pérez que, de hecho, a nivel interno hace ya tiempo que argumenta que el capitán no es tan necesario en el equipo como su entorno así lo asegura.
Y estos últimos partidos le están dando la razón a Pérez, que ve cómo, con Ramos fuera ya sea por lesión o por coronavirus, la defensa del Real está mejor que nunca. Es evidente que Sergio es mejor que Nacho y que Militao, pero también lo es que el central no es una pieza clave en el Madrid, o al menos una imprescindible.
Los blancos han conseguido reengancharse a la Liga y llegar a las semifinales de Champions League con Ramos en la grada y cuajando grandes actuaciones en defensa y como bloque defensivo.
Una razón más que suficiente para que Florentino no tenga que justificar sus pocas ganas de seguir contando con un Ramos con 35 años y una de las fichas más altas del Real. El futuro del capitán blanco está, cada vez, más negro en el Real Madrid.