Florentino Pérez desata un efecto dominó que saca a un intocable de Messi del Barça

El presidente del Real Madrid y la operación que pone en apuros la continuidad de un peso pesado de Ernesto Valverde

​Florentino Pérez va a ser uno de los protagonistas del próximo mercado de fichajes de este verano. De eso, como apuntan desde dentro, no hay ninguna duda. El máximo responsable del Real Madrid dejará de lado los fichajes de perfil bajo y volverá a hacer lo que mejor sabe: sacar la chequera y llevarse a galácticos a precio de oro.

El problema para el Barça es que las gestiones de Florentino van a poner en peligro la continuidad de un intocable de Leo Messi en el vestuario culé. El efecto dominó que va a desatar Pérez tiene como punto de inicio Londres.

Florentino quiere a Hazard

Y es que si hay un jugador que tiene pie y medio en el Santiago Bernabéu ese es Eden Hazard. El delantero del Chelsea lleva muchos mese coqueteando con el club blanco. De hecho, ya le ha hecho saber al Chelsea que no tiene intención de renovar su contrato y que se irá en cuanto pueda.

Florentino, que sabe que cuenta con el ‘ok’ del belga, irá a por él en verano. Y en Londres, que ya han aceptado que no van a poder retener al crack, ya tienen claro en qué invertir la millonada que reciban por Hazard.

El Chelsea quiere a Rakitic

Se trata de Ivan Rakitic. Todas las secretarías de los grandes de Europa son conscientes que, tras el fichaje ya confirmado de Frenki de Jong y con Adrien Rabiot en la órbita de los culés, el centro del campo de los de Ernesto Valverde estará más que poblado.

Y Rakitic está en la agenda de los de Londres. El croata ya fue tentado el verano pasado por el PSG (que le duplicaba la ficha), pero se negó. Entre otras cosas porque se le garantizó la titularidad indiscutible.

Rakitic | EFE

Pero el año que viene será otra historia. Cuentan desde dentro que, si la oferta del Chelsea es buena (que lo será), el club y el jugador la estudiarán. No sería de extrañar que Rakitic buscara su último gran contrato más allá del Camp Nou. Y todo gracias (o por culpa, según se mire) de Florentino.