Iniesta o los cinco traidores en el Barça (“No se va, lo echan”)

El mejor centrocampista de la historia dice adiós ante el estupor de socios y aficionados

Es un secreto a voces. La marcha premeditada de Andrés Iniesta a final de la presente temporada tiene gato encerrado. Detrás se esconden un montón de culpables. El manchego se ha visto abocado a tomar una decisión que a principios de curso todavía no vislumbraba.

Se va por la puerta grande. Siempre el MVP de la final de la Copa del Rey, autor de un partidazo y del cuarto gol de la noche. Ovacionado por la afición del Barça, aplaudido por la del Sevilla y con lágrimas en los ojos. Pero la verdad es que muchos culés no quieren que se vaya.

Muchos hinchas están deseando que el famoso 30 de abril, Iniesta tome el micro y diga: “Pues he decidido que al final me quedo. Que no me quiero ir de mi casa. Que no puedo”.

Y todo el mundo bendeciría esa sabia decisión. Porque el de Fuentealbilla ha demostrado que tiene cuerda para rato. Como dinero, con los años que lleva en la élite y lo ahorrador que es en comparación a otros jugadores, tiene euros para aburrir. No le hacen falta los de China.

El problema es que hay otros condicionantes. Cinco traidores que van de amigos. Que dicen quererlo mucho, pero que no le han puesto las cosas fáciles. En el Camp Nou cada vez se escucha el mismo mensaje con más fuerza: “No se va, lo echan”.

El primero de todos, Josep María Bartomeu. Que una vez más no estuvo a la altura en las negociaciones para su última renovación.

Bartomeu, el primer traidor

Tras varias tomas de contacto y alguna que otra mala cara –y el padre de Iniesta, José Antonio, así como Ramon Sostres saben interpretar muy bien ese papel–, Bartomeu se inventó la fórmula del contrato para toda la vida. Hasta que él quiera.

Pues no será tan buena fórmula cuando no ha durado ni un año. El presidente le dijo que en el Barça había tocado techo a nivel salarial y en China no hay techos ni tejados que valgan.

El segundo traidor es Luis Suárez. El futbolista uruguayo fue el más empeñado en cerrar el fichaje de Coutinho, un jugador que llegaba no para hacer de Neymar, sino para hacer de Iniesta.

Aunque han demostrado que pueden ser compatibles, parece obvio que Coutinho brilla más jugando en la posición de Iniesta, pero no termina de hacer ese papel de extremo que tan bien desempeñaba Neymar. En el Barça del 4-4-2 es otra historia.

El propio Coutinho es el tercer traidor, que confesó su admiración hacia Iniesta y dijo no venir a ocupar su lugar. Pero el manchego no ha durado ni medio año desde el aterrizaje del carioca.

El complot de Luis Suárez y Coutinho con Messi

Porque, pese a afirmar con orgullo que se ve siendo titular del Barça los dos próximos años, en el fondo no las tiene todas consigo. Si no, ¿de qué se va a China? ¿Solo por dinero? ¿En serio?

Leo Messi es el cuarto traidor. El astro argentino, que tan fuerte abrazó a Iniesta en la final de Copa cuando el manchego le pasó el brazalete de capitán, no solo autorizó toda la operación Coutinho, sino que presionó a Bartomeu para que la ejecutase.

Cristiano Ronaldo revienta la Copa del Rey de Messi (y de Coutinho. Y de Iniesta) | EFE

En aquellas famosas negociaciones que se alargaron varios meses a pesar de que Barto dijo que la firma de la renovación de Messi ya estaba, se habló largo y tendido del proyecto deportivo. Y Messi solicitó el fichaje de Coutinho, convencido tras hablar con su amigo Suárez.

Neymar y Paulinho también le habían hablado maravillas del ex jugador del Liverpool y Messi apoyó el fichaje más caro de la historia del Barça, sabiendo que llegaba para hacer de Iniesta.

Valverde, espectador pasivo

Por último está Ernesto Valverde. Otro que le regala los oídos a Iniesta siempre que le preguntan por él, pero cuya connivencia ha sido necesaria para que se dé toda esta situación.

El Txingurri ha dicho “adelante” al fichaje de Coutinho pese a que sus necesidades podían ser otras y, por tanto, es cómplice de esta situación que termina con la fuga de Iniesta.

El mejor centrocampista de la historia del Barça y de España junto con Xavi Hernández se va. Y a lo grande pese al desastre de Roma. Pero con sabor a traición. Víctima de una emboscada.