Bombazo Piqué (y no lo para ni Messi). O “Barça, tenemos un problema”

El central culé y el follón en el Camp Nou

​Gerard Piqué está inquieto. Y no precisamente por sus líos fuera del Camp Nou con sus negocios. Y es que es en lo deportivo donde el central catalán ve que empieza a tener un problema serio.

Un problema llamado Matthijs de Ligt. El defensa holandés del Ajax de Ámsterdam se ha convertido casi en una obsesión para la secretaría técnica del club azulgrana. Cuentan desde dentro que Eric Abidal ya se ha puesto en contacto en más de una ocasión con el club holandés para hacerles saber sus intenciones.

Y ahora el Barça ya conoce las del Ajax: pretenden sacra por su perla de 19 años ni más ni menos que unos 60 millones de euros. Una cifra que desde el Camp Nou quieren rebajar.

Matthijs de Ligt | EFE

El jugador, de momento, prefiere mantenerse en un segundo plano y no entrar en polémicas sobre si se queda o si se va, aunque desde el entorno del club de Ámsterdam aseguran que su salida es ya un hecho.

La bomba de Piqué

Un interés, el de Josep Bartomeu y los suyos en De Ligt que no es que le haga precisamente gracia a Piqué. De hecho, en el Camp Nou hace ya tiempo que vienen avisando: “Barça, tenemos un problema”.

Y es que Gerard tiene muy claro que si su rol en el equipo cambia lo más mínimo tras la llegada del central holandés, hará las maletas y se buscará la vida lejos de la capital catalana.

Piqué sabe, como el resto de capos del vestuario, que será muy difícil que De Ligt acabe llegando, entre otras cosas porque los otros pretendientes del defensa (Manchester City, PSG, Madrid y Juventus, entre otros) le ofrecerán un contrato mejor.

Sin embargo, sin el Barça logra convencer a Matthijs significará que se le ha prometido tener rol de indiscutible, con lo que el sacrificado en este caso sería un Piqué que no piensa ser suplente.

No lo para ni Messi

De hecho, el catalán ya lo ha dejado claro. Cree que tiene cuerda aún para rato y no aceptará un rol de suplente, y menos ante un jugador de 19 años que no ha demostrado nada.

El caso es complicado: el Barça quiere a De Ligt, pero sabe que solo conseguirá convencerlo si le promete la titularidad (quizás no el primer año, pero sí el segundo), algo que implicaría la salida de Piqué, uno de los capitanes y de las referencias en el vestuario.

Messi, que está al tanto de todo, está intentando frenar a un Gerard que renovó hace unos meses su contrato y que no tiene ninguna intención de ver los partidos desde el banco. De momento hasta el próximo verano tiene el puesto asegurado. Pero a partir de ahí es ya una incógnita.