El principal damnificado de la hipotética llegada de Haaland al Real Madrid

El futuro de Erling Haaland sigue dando mucho de qué hablar. Desde sus declaraciones en el postpartido de la última jornada de la Bundesliga, los grandes clubes europeos han puesto a funcionar la maquinaria para cortejar al crack noruego.

De entre todos los clubes interesados, no podían faltar los dos colosos españoles: Real Madrid y Barcelona. En el caso del conjunto catalán y debido a los problemas que viene arrastrando de un tiempo a esta fecha, la operación se antoja más que complicada. Pero tal y como ha anunciado Joan Laporta, no imposible.

Liquidez suficiente para acometer la operación

De estos dos equipos, y desde un punto de vista tanto económico como deportivo, el conjunto blanco parece el mejor posicionado. Con un proyecto de futuro más asentado que el del Barça, la gestión deportiva del Madrid previa y posterior a la pandemia le ha situado en una situación beneficiosa.

Algo que también se ha trasladado a lo económico, y ha aportado al equipo de Florentino Pérez la liquidez suficiente para acometer grandes operaciones. Y no solo la del astro noruego, sino que, como afirmó Javier Tebas, presidente de La Liga, el conjunto blanco tendría el músculo financiero suficiente para vestir de blanco al noruego y a su objeto de máximo deseo, Kylian Mbappé.

No será una operación fácil en lo absoluto, ni mucho menos barata. Y es que el conjunto merengue tendrá que enfrentarse a equipos con proyectos muy ambiciosos, y también con un potencial económico mucho mayor que el de cualquier otra institución del mundo del fútbol, como es el caso de los clubes estado.

No obstante, en el hipotético caso de que el noruego finalmente se enfundase la camiseta merengue, esto traería consigo consecuencias inmediatas en la Casa Blanca. Mucho se habla de un posible conflicto de egos dentro del vestuario, y también de cómo podrían encajar tantas estrellas dentro del esquema.

Pero la más inmediata de todas estas consecuencias, la sufriría un jugador que, ya sin la presencia del noruego en la plantilla no tiene un protagonismo excesivo: Luka Jović. La salida del serbio sería el primer y más evidente resultado del fichaje del astro nórdico.

Dos razones principales culpables de su ostracismo

Un futbolista que nunca ha llegado a tener el peso que se esperaba que tuviese desde su llegada a Madrid debido principalmente a dos factores: en primer lugar, el excelso estado de forma de Karim Benzema. Desde que el serbio aterrizase en la capital en junio de 2019, el francés ha alcanzado el culmen de su fútbol, siendo la principal referencia ofensiva del ataque blanco.

Luka tuvo la mala fortuna de llegar a uno de los puestos mejor cubiertos del esquema madridista. Pero, por otra parte, nunca ha tenido la confianza de sus entrenadores. Ni con Zinedine Zidane primero, ni con Carlo Ancelotti después.

En el pasado mes de diciembre, tras una lesión menor del ariete francés, el delantero serbio encadenó dos titularidades seguidas, que se saldaron con dos buenas actuaciones y un gol en el Reale Arena. Las sensaciones fueron tan buenas que parecía que Carletto recuperaría al ex del Eintracht para la causa. Pero nada más lejos de la realidad.

Volvió el 9 y el futbolista balcánico volvió a desaparecer del mapa. La evidencia de ello ha sido la Supercopa de España, en la cual no ha disputado un solo minuto. Por lo que, si se confirmase la llegada del noruego, su papel pasaría de ser residual a inexistente.

De hecho, aun si el actual futbolista del Borussia Dortmund no aterrizase en Madrid, es probable que se le busque de igual modo una salida al serbio. Aún posee un buen cartel en Alemania, donde deslumbró a toda Europa en 2018, y sería un destino más que posible en caso de abandonar el Real Madrid.