Cristiano Ronaldo tapa la última humillación (pero Isco la cuenta)

El delantero luso calla una verdad que Alarcón destapa

Se queda. Cristiano Ronaldo afirmó rotundamente que sus únicas intenciones a corto/medio plazo pasan por quedarse en el Real Madrid. Y el suyo no es como el caso de Neymar y Gerard Piqué, cuando el catalán colgó un tweet el pasado verano afirmando que el brasileño continuaría en el FC Barcelona.

Así lo reconoció el propio delantero portugués para el medio chino Dongqiudi, que recientemente escogió al atacante luso el premio al Mejor Futbolista del Año y dispuso de unos minutos para realizar una entrevista al ‘7’ blanco.

Cristiano ronaldo premio chino

Declaración de amor de Cristiano Ronaldo

«Por supuesto, me gusta vivir aquí. He vivido en esta ciudad desde 2009 y amo el clima y la gente. Está cerca de Portugal y se puede llegar en coche. España es un gran país, lo amo. Por supuesto, quiero quedarme aquí, me encanta este club», respondió CR7 cuando le preguntaron sobre su futuro en el club y los rumores acerca de sus deseos de abandonar Chamartín si no le aumentaban el sueldo.

Sin embargo, no todo es oro lo que reluce y entre el clan de los españoles del vestuario de Zinedine Zidane conocen la verdad oculta tras la revelación de Cris.

La otra verdad de las palabras de CR7

Aseguran Isco Alarcón, Marco Asensio y compañía que si Ronaldo se queda no es ni por el clima, ni por que España esté al lado de Portugal ni porque le encante el club. La realidad, según afirman los españoles, es porque ningún gran club de Europa le quiere.

Equipos que preguntaron por él en el pasado como Paris Saint-Germain, Chelsea, Manchester United o Bayern de Múnich ya no están, ni de broma, interesados en sus servicios.

Tampoco están dispuestos a cubrir el precio del traspaso que exige Florentino Pérez, que no baja de los 100 millones que el Real pagó por él en el 2009, por un futbolista cuyo declive es evidente y que solo aparece en las citas importantes de la Champions League. Una humillación que el atacante calla pero que corre como la pólvora en el vestuario del Santiago Bernabéu.