Zidane se lo lleva. Y es un intocable del Barça de Messi

Uno de los pesos pesados del vestuario culé está en la agenda del míster francés

En la directiva del Barça tienen muchas carpetas abiertas de cara a los próximos meses. Y una de las que más están provocando nervios es la de Jordi Alba. El lateral izquierdo y el club llevan ya mucho tiempo negociando una renovación que está atascada.

Entre otras cosas porque el lateral, cuentan desde dentro, está pidiendo ser el jugador mejor pagado de la plantilla después de Leo Messi. Algo que, a su edad (30 años) no parece que entre en los planes de Josep Mª Bartomeu y los suyos.

El jugador aprovecha siempre que puede para presionar. Y ayer, tras la victoria del equipo ante el Éibar, Alba volvió a hacerlo: “Mi renovación sigue igual. Tengo la conciencia muy tranquila. Es decisión del club. No tengo que esperar nada de nadie. No puedo decir nada más. Ellos saben lo que piensan de mí. Lo que queda en mi mano es ayudar al equipo con mis asistencias y mi juego”.

Jordi Alba | EFE

Zidane se lo lleva

Pero ojo que, si el Barça no le da lo que pide, no sería de extrañar que el catalán hiciera las maletas. Entre otras cosas porque es la Juventus la que está tentando a Alba. Una Juventus que lo más probables es que cuentan con Zinedine Zidane en el banquillo a partir del próximo año.

Y el francés, que está en contacto con la directiva italiana de cara a una posible planificación de, estaría encantado de contar con Jordi. Quien no. Y es que al lateral es, por mucho que a alguno en la junta culé le cueste reconocer, uno de los mejores del mundo en su ubicación.

De hecho, Leo Messi ya le ha dejado claro a la cúpula azulgrana que deben hacer todo lo posible para contentar al defensa y conseguir que se quede. Es una de las piezas básicas de un equipo y, junto a Luis Suárez, el mejor socio de Messi en el campo.

Gerard Piqué y Leo Messi en un entrenamiento | EFE

Un Barça sin Alba perdería mucho poder de ataque por la banda. Leo lo sabe, y presiona para que no suceda. Pero la última palabra la tiene la directiva. Y, visto lo visto, no parece que nadie esté dispuesto a dar su brazo a torcer.