La cara más fea de Cristiano Ronaldo con un jugador del Real Madrid («Ni se hablan»)

La victoria ante el Nápoles deja en evidencia al crack luso

Se sube por las paredes. El Real Madrid consiguió el pasado martes el billete para cuartos de final de la Champions.

Se les atragantó. Durante unos minutos, el Nápoles consiguió poner contra las cuerdas al conjunto merengue. Sin embargo, el gran héroe volvió a aparecer y sentenció la eliminatoria.

El cuadro de Zinedine Zidane volvió a hacer aguas. Durante la primera mitad, los blancos no jugaron a nada. La crisis de juego se evidenció.

El gran salvador. Sergio Ramos, el ángel de la guarda, despertó y encarriló el duelo. Les sacó las castañas del fuego.

La cara y la cruz de la moneda

Una vez más, Cristiano Ronaldo no fue el líder decisivo que el Madrid necesita. La sequía volvió a perseguir al luso. Y es que el crack de Madeira ya acumula seis partidos sin marcar en Champions.

Zizou volvió a pujar por la BBC, pero las bestias no despertaron. El madridismo echó en falta al astro decisivo de antaño, por lo que las críticas tras el partido tomaron fuerza.

A los comentarios que persiguen a Cris por su escaso bagaje defensivo, se le han sumado las críticas por la falta de olfato goleador que está protagonizando en los últimos duelos.

La gota que colma el vaso

Ante todo ello, el aluvión se acentuó tras la falta de compañerismo que CR7 volvió a mostrar con su compañero Álvaro Morata.

El madrileño salió en la recta final del duelo y sentenció el partido, algo que Cristiano no pudo hacer en 90 minutos. El enfado del portugués fue total.

Mientras que el resto de compañeros corrieron a celebrar el tanto con el joven atacante, el luso caminó cabizbajo hacia Morata. Una fría felicitación chocando la mano fue lo único que se vio sobre el césped entre el portugués y el español.

Álvaro marcó el gol tras rematar un fallo de CR7. Al luso no le hizo nada de gracia.

La impotencia de Cristiano es total. Sergio Ramos y Morata decidieron para el Madrid, mientras que el luso falló lo infallable.

Las críticas en las redes sociales ya empiezan a ganar fuerza. Al madridismo no le gustó el nuevo gesto del líder con el joven; se evidencia que el feeling no existe. «Ni se hablan» comentan algunos de los seguidores blancos en Twitter.

La realidad es que los nuevos van haciendo los deberes y la bestia no despierta. La paciencia se va agotando. Y el vestuario del Real es un polvorín.

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Este malestar que se cuece en la plantilla blanca puede ser un problema añadido para los de Zidane. Pese a superar el obstáculo de Nápoles, ahora vuelve la Liga y sienten la presión.

El Madrid recibe al Betis en el Bernabéu este domingo (20:45h.) en un encuentro que debe resolver las dudas de una vez por todas y apuntalar el campeonato doméstico. Los tres puntos son cuestión de estado en el Real. Prohibido fallar.

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