Marco Asensio tiene una pelea muy fea en el Real Madrid antes del Clásico

El balear manda una advertencia

Se complica la situación de Marco Asensio en el Real Madrid. El regreso a los terrenos de juego de Gareth Bale ha puesto en jaque al balear. Si con la ausencia del galés no estaba teniendo los minutos esperados, con la vuelta del británico su papel se verá relegado al de extra.

Un panorama que nada tiene que ver con el del inicio de la temporada, cuando se convirtió en la sensación del Madrid. El mallorquín se consagró en los Clásicos de la Supercopa de España, con un golazo en la ida en el Camp Nou y otro en la vuelta en el Santiago Bernabéu.

Asimismo, en los siguientes partidos de los de Zidane, Marco fue el sustituto de Cristiano Ronaldo, que tuvo que cumplir cinco partidos de sanción por un empujón al árbitro en la ida de la Supercopa, y no lo hizo nada mal.

Asensio se alzó como un digno líder de la delantera y por momentos hizo que nadie se acordara de CR7.

De más a mucho menos

Pero el luso superó la sanción y el damnificado fue el de Mallorca. Isco Alarcón fue el elegido para suplir al lesionado Gareth Bale y la participación del canterano se ha visto mermada en gran medida.

Así, Marco ha pasado de ser titular en cuatro de seis partidos disputados antes de la vuelta de Cristiano, a serlo solo en ocho encuentros de los 20 siguientes al regreso del portugués.

El asunto tiene con la mosca tras la oreja al media punta, que se huele que en el Clásico del sábado no tendrá ni un minuto. En el Mundial de Clubes solo jugó 22 minutos en las semifinales contra el Al-Jazira y sospecha que las cosas no cambiarán de cara al choque de trenes del Santiago Bernabéu.

Están advertidos

Con todo, Asensio avisa de que no jugar en el Clásico después de ser una sombra en el Mundial será una afrenta imperdonable. Más aun viendo que los titulares y en concreto Ronaldo no están dando el rendimiento exigible en Concha Espina. Está harto de que los nombres estén por encima de los méritos.

No renovó con el Madrid para ser un suplente de lujo habitual, sino para convertirse en el heredero de las riendas en el ataque madridista. Si su nombre no figura en el once titular, empezará a mirar hacia otro lado. No quiere quedarse en Chamartín siendo la eterna promesa. Si ve el clásico desde la banda empezará a escuchar cantos de sirena de otros clubes. Y ofertas no le faltan.