El triunfo del Real Madrid frente a la Federación Brasileña de cara al partido de Copa del Rey

Recién superado el ecuador de la temporada, el Real Madrid empieza a notar el cansancio en las piernas de los jugadores. El hecho de que Carlo Ancelotti tenga un núcleo duro tan formado en el que apenas hay hueco para los cambios se traduce en una cantidad ingente de minutos para los titulares.

Y en algunos casos, es algo que empieza a pasar factura. Sumado a un calendario con una cantidad ingente de partidos, al que Carletto volvió a referirse en su última rueda de prensa como “una locura que debe ser solucionada”, el conjunto blanco se halla ante una encrucijada: mantener el núcleo duro de titulares hasta que aguanten las fuerzas, o bien dar lugar a la introducción de modificaciones, aunque esto pueda suponer más riesgos de cara a la obtención de resultados.

Un Madrid lastrado por el calendario

Lo cierto es que el mes de enero ha sido especialmente duro, en lo que a calendario se refiere, para el conjunto blanco. En cuestión de una semana y media, los de Ancelotti han disputado cuatro partidos pertenecientes a tres competiciones distintas, con dos prórrogas de por medio.

El criticado formato de Supercopa de España y la Copa del Rey han sido los partidos intersemanales que han terminado pasando factura en lo físico al conjunto blanco. Y la primera víctima de esta gran carga de partidos ha sido el francés Karim Benzema, que se retiró con molestias en el encuentro liguero frente al Elche.

No obstante, el salvaje ritmo de competición al que se está sometiendo el conjunto blanco está lejos de terminar. Sin ir más lejos, el conjunto blanco tendrá que disputar el próximo jueves el partido correspondiente a los cuartos de final de la Copa del Rey, en el que se enfrentarán al Athletic Club.

Por si la ya mencionada carga de partidos no hubiera creado suficiente conflicto en la Casa Blanca, el Madrid se enfrenta a otro contratiempo: los partidos internacionales. En las mismas fechas que se disputa el encuentro frente a los vascos, los futbolistas sudamericanos tendrán que acudir con sus selecciones para disputar los clasificatorios de cara al Mundial de Qatar.

Se trata de una situación que ha puesto en jaque a la plantilla blanca y ha dado lugar a una guerra entre el Real Madrid y las diversas Federaciones, tanto nacionales como internacionales. El primero de estos conflictos tuvo lugar entre el conjunto blanco y la RFEF, cuando el conjunto merengue solicitó el aplazamiento del encuentro de Copa, en miras de no verse damnificado por el parón internacional.

La presencia de los brasileños, un asunto capital

Una petición a la que el máximo organismo del fútbol español se negó en rotundo. Tras esta negativa, el conjunto blanco acudió a la Confederación de Brasil, con el objetivo de poder liberar a sus cuatro internacionales brasileños de los choques con su selección, argumentando que la canarinha ya está clasificada para el Mundial.

La respuesta en primera instancia fue negativa, y aunque los internacionales cariocas viajarán, estarán de vuelta en Madrid antes de la disputa del decisivo encuentro. El partido tendrá lugar el jueves 3 a las 21:30 horas, mientras que los futbolistas aterrizarán en la capital el miércoles por la tarde.

Su presencia en el choque de Copa de Rey dependerá de la decisión del técnico italiano, y se fundamentará en la cantidad de minutos que disputen con su selección. Una gran noticia para el conjunto blanco, que ha sido celebrada en la cúpula del club merengue como si de una victoria se tratase.