El mafioso ruso vecino de Leo Messi

El barrio de Castelldefels donde residen el astro argentino y Luis Suárez alberga una 'casa maldita'

Lo que podría ser un paraíso no lo es tanto. El barrio de montaña donde han plantado sus reales los cracks del Barça Leo Messi y Luis Suárez es tranquilo y discreto. Pero tiene una pega: hay una ‘casa maldita’ casi pared con pared, propiedad de otro inquietante vecino (Messi ya tuvo problemas con otros vecinos en el pasado). La historia es truculenta: en ella, murió un ladrón que intentaba robar y luego fue utilizada como escondrijo de uno de los lugartenientes de Tariel Oniani, uno de los hombres más poderosos de la mafia rusa.

La identidad de su propietario quedó al descubierto con motivo de la Operación Avispa, una macrorredada que se realizó a nivel de toda España y que propició la detención de más de 30 personas vinculadas a la mafia rusa. En concreto, la Policía trataba de desarticular el poderoso clan que dirigía Tariel Oniani, que pudo escapar gracias a un oportuno chivatazo. Pero cayeron sus lugartenientes, entre ellos Malchas Tetruashvili (al que se relacionó con el entonces diputado de CiU Antoni Fernández Teixidó y con el ex subdelegado del Gobierno en Barcelona Eduard Planells) y George Mikadze, esposo de la secretaria personal del entonces presidente del Barça, Joan Laporta.

A este último, Laporta llegó a contratarlo como cargo intermedio en el FC Barcelona. Otro de los que fue detenido era Mikhail Mdinaradze, mano derecha de Zakhar Kalashov,  el capo supremo de la mafia al que se le echó el guante años más tarde en Dubai. Esa operación sentó las bases de la posterior Operación Troika, en la que cayeron los capos Gennadios Petrov (Mallorca), Alexander Malyshev (Málaga) y Vitali Izgilov (Alicante).

Prostitución y blanqueo de dinero

La banda controlaba una intrincada red de empresas tanto dedicadas a realizar negocios legales como a blanquear dinero. Y una de las bases operativas estaba situada, precisamente, junto al chalet comprado por Messi. El inquilino, un hombre muy cercano a Oniani, controlaba un conocido local de alterne ubicado en la autovía de Castelldfels, cerca del famoso Riviera. 

El chalet, no obstante, fue asaltado una madrugada por la Policía, que encontró en él abundante dinero e incluso un fusil de asalto considerado arma de guerra. Se da la circunstancia de que la casa tiene férreas medidas de seguridad, con alarmas inalámbricas y varias cámaras que controlan el perímetro.

A cuchillazos

Estas medidas les evitaron a sus inquilinos (uno de los hombres de confianza de Oniani, que utilizaba la mansión junto a su esposa e hija) sorpresas desagradables: poco antes de la operación policial, un ladrón intentó acceder al interior del inmueble. Saltaron las alarmas y el propietario ruso le hizo frente en el balcón armado con un gran cuchillo de cocina. Hubo un forcejeo y el asaltante recibió una cuchillada, cayendo al jardín desde el balcón y falleciendo en el acto. Fueron los prolegómenos de una operación policial que puso al descubierto una de las mayores organizaciones criminales del Este que operaban en España.