Bronca brutal con Messi al final del Clásico lo coloca fuera del Barça
El delantero argentino abandona el Alfredo di Stéfano con un mosqueo monumental que no solo tuvo que ver con la actuación arbitral
El FC Barcelona dejó escapar una oportunidad única este sábado para confirmarse como el favorito para ganar la Liga. Los de Ronald Koeman no pudieron superar a un Real Madrid que no ofreció demasiado al margen de contras de vértigo, pero que supo rentabilizar muy bien el planteamiento rancio y defensivo de Zidane y los dos tantos que se encontró en la primera parte.
Uno de los futbolistas que más caliente terminó el Clásico, al margen de un Gerard Piqué que se las tuvo con el colegiado Gil Manzano y con Luka Modric en el vestuario, fue Leo Messi. El delantero argentino, pese a que se le vio temblando por el frío y la lluvia torrencial que cayó en Valdevebas, se marchó al vestuario con un calentón de tres pares de narices.
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Messi se marcha con bronca, y no solo con el árbitro
El de Rosario se marchó muy mosqueado con el arbitraje. Llevaba una bronca monumental al enfilar los vestuarios. No entendió que perdiera tres minutos por un problema técnico y que a la postre no añadiera más de cuatro minutos. Y eso que hubo hasta tres ventanas de cambios y discusiones que provocaron largos parones. Además, muchos jugadores culés consideran que la acción de Ferland Mendy sobre Martin Bratihwite en los últimos minutos de la segunda habría sido considerada como penalti hubiera tenido lugar en la otra área.
No obstante, por mucho que el colegiado tuviera que ver, Messi no cree que la actuación arbitral fuera el detonante de la derrota culé. Sí podría tener algo que ver, pero el capitán opina que no es el máximo responsable. Su enfado iba más allá.
Lo que mosquea a Messi lo saca del Barça a final de temporada
Porque el ’10’ azulgrana que buena parte de la derrota tiene mucho que ver con la fragilidad de los culés en defensa. Sobre todo en la primera parte. Carreras como la de Fede Valverde en el primer gol no se pueden permitir.
Y no solo eso. En la derrota también tuvo que ver la ineficacia en ataque. El argentino se vio obligado a bajar al centro del campo para generar juego, pero cuando lo hacía dejaba solo arriba a un Ousmane Dembélé que no daba para más, dejando claro que este Barça tiene serias carencias también en el ataque. Y si algo tienen claro Leo Messi y Joan Laporta es que, si no hay proyecto deportivo que permita al equipo competir en todas las líneas, no seguirá el curso que viene. Le queda mucho trabajo al presidente si quiere acabar reteniendo al seis veces Balón de Oro.
