Los muertos en el armario de Zidane

El técnico del Castilla también cuenta con detractores en el Real Madrid

La profesión de técnico del Real Madrid es una de las más complicadas del mundo. La exigencia y las críticas son una losa insalvable para muchos entrenadores, especialmente con Florentino Pérez en la presidencia. El mayor problema es cuando los comentarios contrarios se producen dentro del mismo club. Más aún cuando el señalado es el mejor colocado para sustituir a Rafa Benítez. Zinedine Zidane, técnico del Castilla, acumula detractores.

Zidane todavía no está preparado para dar el salto. Es un análisis que sobrevuela por Madrid en las últimas semanas. Su papel al frente del Castilla no es malo, pero tampoco es bueno. Fracasó en el cometido de ascender al filial la temporada pasada. Este curso, el equipo va segundo del grupo II de Segunda B, a cinco puntos del Barakaldo, pero sin un juego vistoso, ni un esquema claro. Fuentes del vestuario deslizan incluso que hay problemas de disciplina y enfados internos por la dirección de la plantilla. Los egos en el primer equipo son muchísimo mayores y peligrosos.

Una de las mayores críticas a Zidane es, sin duda, la falta de mano dura con algunos futbolistas. Especialmente llamativa es su incapacidad para gestionar el caso Odegaard, un futbolista que, según cuentan desde dentro, hace un poco lo que quiere y tiene los humos subidos. Las mismas fuentes señalan los privilegios del técnico hacia su hijo, Enzo Zidane, que habría tenido más oportunidades de las pertinentes por su calidad, hecho que ha perjudicado a otros compañeros. El Madrid siempre tendrá problemas en el banquillo.