Los celos de Sergio Ramos revientan el vestuario del Real Madrid  

El plan renove activa el efecto dominó 

Traerá cola. El plan renove de Florentino Pérez no está dejando a nadie indiferente en el vestuario del Real Madrid. Tras cerrarse el mercado de fichajes estival con el marcador a cero, ahora el foco de atención se ha trasladado a los despachos del Santiago Bernabéu. El presidente blanco tiene varios temas en el tintero, ya que son semanas en las que las renovaciones de los cracks están al rojo vivo.

Tras apalabrar con Cristiano Ronaldo y Jorge Mendes la mejora contractual del portugués, es el turno de Gareth Bale. Y es que las condiciones vitalicias que el magnate madrileño le ha ofecido al astro portugués han creado un efecto dominó muy peligroso. El delantero galés no quiere sentirse inferior al de Madeira, por lo que sus agentes le han pedido a Florentino que le suba el sueldo a 17 millones de euros.

Bale está en su mejor momento futbolístico y sus representantes están aprovechando para tirar de la cuerda. El delantero se marcó un final de temporada muy bueno con el Madrid, aunque su momento de gloria lo vivió con la selección de Gales en la Eurocopa de Francia. Gareth demostró que en el club blanco está limitado y que puede ser un líder indiscutible. Conscientes de esta realidad, los agentes del futbolista han puesto sus exigencias encima de la mesa: 17 ‘kilos’. El club madridista está dispuesto a subir a 10 millones.

Efecto dominó

Ahora bien, esta declaración de intenciones de los representantes de Bale han encendido otra llama en el vestuario. Y es que según desveló el pasado lunes Eduardo Inda en El Chiringuito de Jugones, Sergio Ramos está que trina con la posible mejora contractual del galés. El gran capitán cobra 10 millones de euros y ve como el delantero le igualará: «A Bale se le va a situar en el mismo escalón salarial que Sergio Ramos, que está en 10 millones netos por temporada. Actualmente está ganando un 6 millones limpios al año», desveló el director de Ok Diario.

La única realidad clara es que Florentino tiene una batalla de egos en el vestuario blanco, ya que tras una renovación tendrá que venir otra. Y es que con una plantilla repleta de cracks, mantener la tranquilidad y evitar las envidias es un frente más que complicado.