La Casa Real presiona al Real Madrid (y a Florentino Pérez) con la sede de la final de Copa entre Barça y Alavés

La polémica por quién será el anfitrión está servida

La polémica sobre la sede para la final de la copa está en la cresta de la ola. Después de la clasificación del Alavés ante el Celta no se habla de otra cosa. Como cada año, todos se borran de organizar el partido.

Las opciones

Los primeros en desmarcarse fueron los de la Casa Blanca. El Real Madrid se niega en rotundo a organizar el encuentro. Este año ni siquiera ponen excusas de obras o conciertos. Directamente se niegan.

Mientras tanto, junto al Manzanares, el Atlético había pedido la final. No obstante, después de la polémica generada en la vuelta de semifinales en el Camp Nou las cosas han cambiado. No son tantos los partidarios de acoger a los finalistas para despedir el Vicente Calderón.

Las otras opciones que se barajan son el Camp Nou, en el que el Alavés muy probablemente se negará a jugar, o San Mamés. Esta última opción está en entredicho ya que tres días después hay un concierto y en Bilbao hay dudas sobre si celebrar en tan corto espacio de tiempo dos eventos tan importantes.

Lo mejor para todos

Cada uno tiene sus preferencias, y en Casa Real también. Allí prefieren que se dispute en Madrid, ya sea en el Calderón o en el Bernabéu. El protocolo de seguridad es mucho más fácil de organizar, así como el desplazamiento.

No obstante, se adecuarán a la decisión final de los organismos y aceptarán que la final se dispute en cualquier otro estadio. Estarán a disposición de los finalistas y de la Federación Española de Fútbol. 

Ahora serán los clubes los que tengan que decidir si poner las cosas fáciles a Casa Real en su competición.