La cara dura de McLaren con Fernando Alonso

El piloto español, molesto con las promesas incumplidas de la escudería británica

McLaren fue la mejor escudería del mundo. Como Red Bull. Hoy, sin embargo, el equipo de las flechas plateadas no puede competir con Ferrari y Mercedes. Las opciones de podio para Fernando Alonso y Jenson Button son utópicas, pero el malestar del piloto español contrasta con las promesas que llegan de Woking.

Ron Dennis, presidente ejecutivo de McLaren, trabaja en silencio. Planifica una profunda renovación de la escudería para abaratar costes y potenciar a pilotos jóvenes. Eric Boullier, el director deportivo, es la persona encargada de calmar a Alonso con promesas que no llegan y de proclamar las supuestas bondades del piloto asturiano.

Boullier ha prometido a Alonso que el MP4-31 tendrá un motor fiable y potente en los próximos meses, pero algunas filtraciones internas que ha recibido el bicampeón del mundo no son tan optimistas. El corredor asturiano también reclama una mayor evolución aerodinámica.

Culpan a Honda

En Woking culpan a Honda de los problemas del MP4-31. El monoplaza sigue siendo muy lento en las rectas, pero en Japón no encuentran la fórmula que garantice potencia y fiabilidad. Alonso está desesperado, molesto con las buenas palabras del equipo y los malos resultados de los últimos meses.

Alonso ha comentado en sus círculos privados que desearía cambiar de equipo en 2017, pero cobra 35 millones de euros, una cifra que frena a muchas escuderías. El asturiano sabe que ningún equipo le puede ofrecer lo que ingresa actualmente y, por dicho motivo, mantendrá su alianza con McLaren. Sin pasión, pero con respeto.