Koeman está harto de que Messi no corra, ni defienda, ni presione

El técnico holandés del Barça Ronald Koeman pierde la paciencia con la estrella del equipo, Leo Messi

Ronald Koeman
Ronald Koeman

Ronald Koeman no está teniendo un inicio fácil en su etapa como entrenador en el Barça. De hecho, no está siendo un año fácil para nadie en el Camp Nou teniendo en cuenta que el club está en pleno proceso de cambio, tanto deportivo como institucional.

A nivel institucional el holandés poco puede hacer. Firmó un contrato con el Barça y lo único que le preocupa es el balón. Eso sí, Koeman tiene un problema, y uno de los gordos: Leo Messi.

El capitán, protagonista el pasado verano de la crisis del burofax, sigue en el Camp Nou no por voluntad propia, sino porque el entonces presidente Josep Mª Bartomeu se negó a traspasarlo.

Koeman y el pasotismo de Messi

Cuando Messi ofreció la famosa entrevista, al margen de dar su visión de lo ocurrido, apuntó que, mientras defendiera la camiseta del Barça, siempre daría el máximo en el campo. Algo que, como bien sabe Koeman, no se está cumpliendo.

Leo Messi
Leo Messi

Y es que, más allá de que el argentino esté muy lejos de su nivel en cuanto a goles y asistencias, su actitud en el césped es más que preocupante. Apenas corre, obviamente ni presiona y defiende lo justo en algún ramalazo de orgullo cuando pierde algún balón.

Hay quien justifica esta actitud argumentando que Leo sigue digiriendo todo lo ocurrido en verano, pero teniendo en cuenta que es un jugador que cobra 50 millones por temporada y que, en teoría, sigue siendo el mejor del equipo, son muchos en el vestuario y en el cuerpo técnico los que empiezan a estar hartos.

Partidos como ante el Dínamo de Kiev, donde Messi marcó de nuevo de penalti (hace meses que no marca de jugada), son un buen ejemplo de este nuevo Leo que, también desdibujado en el sistema de Ronald, está más aislado y desconectado que nunca.

Koeman, de momento, no ha tenido la valentía de sentarlo en el banquillo en ningún partido. Eso sí, viendo su actitud y su juego, no sería de extrañar que, con la excusa de que descanse, el holandés cruzara la línea que muchos esperan que cruce.