El fichaje de Coutinho por el Barça mete en un lío a Florentino Pérez

Un crack del Real Madrid tiene un acuerdo verbal con el Liverpool

Philippe Coutinho y Ousmane Dembelé son las dos grandes obsesiones del Barça para reforzar una plantilla que ha quedado muy debilitada con la salida de Neymar. En horas bajas.

El club catalán va como loco por contratar los servicios del medio brasileño, así como al extremo francés. Son los pilares que exige Ernesto Valverde para cercenar un nuevo Barça.

El 4-2-3-1 por el que apuesta el Txingurri dará las bandas a estos dos jugadores respectivamente. Y la posibilidad de cambiar de sistema al 4-3-3 sin hacer ni siquiera un cambio.

Sin embargo, las dos contrataciones se están complicando por lo elevado de las pretensiones de sus respectivos clubes de origen: Liverpool y Borussia Dortmund.

Ambos piden más de 100 millones de euros por cada uno de los dos jugadores. Una completa barbaridad, consecuencia de la locura que pagó el PSG por Neymar.

En el Real Madrid están especialmente asustados por el fichaje de Coutinho. Los de Zidane se ven muy superiores al Barça, pero nunca hay que menospreciar al eterno rival.

Menos aún, si cabe, cuando el fichaje del Barça puede perjudicar al Madrid por partida doble: el enemigo se refuerza y, además, le debilita de manera directa.

Klopp tiene al relevo de Coutinho en Madrid

¿Por qué? Porque Jurgen Klopp ha fijado sus miras en la casa blanca para contratar al heredero de Coutinho en caso de que marche. El jugador que más gusta está apalabrado.

Klopp ha posado sus ojos en el joven Mateo Kovacic, futbolista llamado a tener un papel nuevamente residual en el Madrid de Zidane. Y eso que será su tercera temporada.

Kovacic quiere jugar, pero por delante tiene a Modric, Kroos, Isco y Casemiro. Además, pugnan por hacerse un hueco contra él los españoles Dani Ceballos y Marcos Llorente.

Demasiada competencia. Si bien Kovacic rindió con nota frente al Barça, lo cierto es que ante el Deportivo no jugó ni un minuto. Sí que lo hizo, en cambio, Llorente.

Esta situación empuja al croata a marchar. Y sabe que en el Liverpool recuperaría los galones que un día tuvo en el Inter y que, además, cobraría el doble de dinero.