El calentón de Piqué en el viaje de vuelta del Barça

El central dejó evidencias de su enfado por el partido ante el Eibar

Gerard Piqué se enfadó. Mucho. No se lo podía creer. Semanas y semanas hablando de lo mismo y todo sigue igual.

Los perjudicados siempre son los mismos. El central explotó en el viaje de vuelta a Barcelona. Y no, no fue por su suplencia.

El central no tuvo minutos en Ipurúa ante el Eibar. Luis Enrique le quiere fresco para la vuelta de la Copa y el resultado demostró que el desgaste del catalán no era necesario.

Protagonista aunque no juegue

Pero Piqué no pasó desapercibido. Fue el gran protagonista desde la banda, en el pasillo de vestuarios, en el autocar y en el avión. El defensa no se podía creer lo que había pasado.

Apenas se habían jugado nueve minutos del partido cuando Gonzalo Escalante propinó una entrada bestial a Sergio Busquets. El centrocampista del conjunto armero le dobló el tobillo.

El de Badia del Vallés tuvo que ser sustituido. El mediocentro sufre un esguince del ligamento lateral externo del tobillo. Lo que se traduce en unas seis semanas de baja.

Indignación

Gerard no daba crédito. No solo por la lesión, sino porque el árbitro no mostró ni tarjeta amarilla al futbolista del Eibar, cuando era evidente que la merecía. El central se mostró indignadísimo.

Escalante tuvo que hacer algunas entradas más hasta que le sacaron la amarilla en el minuto 26. Incompresible que terminara el partido.

Después de la actuación del colegiado, Piqué puso el grito en el cielo. El zaguero calentó el viaje de vuelta asegurando que el Barcelona debe volver a mostrar su indignación por el maltrato arbitral. El Barça no puede dejar que le mangoneen así.

Por su parte desde el club afloró la vía diplomática. Ya saben que si rajan de los árbitros lo pagarán en el siguiente partido. Lo mejor es no remover las aguas. Eso sí, sin Busquets hasta finales de marzo.