Arrogancia, divismo y prepotencia: el informe de Zidane

El entrenador del Real Madrid tiene bien detectados los males del vestuario blanco 

Zinedine Zidane ya ha dicho a Florentino Pérez cuáles son los males del Real Madrid. Detecta muchos problemas de egos y falta de compromiso en el vestuario. Ahora, todo marcha mejor. Las crisis del Barça suelen alimentar el optimismo del Madrid, y viceversa. Los dos equipos viven en una comparación constante. Cuando uno está bien, el otro está mal.

Pero ello no empaña que Zidane tenga bien aprendidos los defectos de su plantilla. Ahora se respira buen rollo, sensaciones positivas y mucha ilusión. Sin embargo, la arrogancia, el divismo y la prepotencia siguen siendo el pan de cada día en el vestuario blanco. Estos aspectos son algunos de los que se recogen en el informe que Zidane ha hecho llegar al club para planificar la próxima temporada. Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos, los dos jugadores con más peso de la plantilla, encarnan perfectamente estos adjetivos.

En el punto de mira

Ramos asume el papel de líder y sus gritos estridentes son una constante. Es la encarnación de la prepotencia. Abraza a Zidane como si fuese uno de sus colegas de Sevilla, en lugar de su entrenador, y ese tipo de comportamientos restan autoridad al técnico francés. Zidane lo sabe, pero a base de amabilidad y confianza mantiene a la plantilla relativamente unida.

Unida, con permiso de las dos ovejas negras, que encarnan el divismo. James Rodríguez e Isco Alarcón son los señalados desde hace varias semanas, aunque últimamente han tenido algunos minutos para mejorar su imagen. En la retina de Zidane siguen grabadas las risitas de James durante la catástrofe de Wolfsburgo.

La arrogancia siempre ha sido una de las principales características de Cristiano Ronaldo. Si no se siente el mejor, no rinde bien. Si no ve como le bailan el gua sus compañeros, no es feliz. Necesita dejar siempre claro que él está un peldaño por encima. Tras su hat trick contra el Wolfsburgo, le vuelven a permitir estas licencias. Aunque Zidane sabe que incomodan.