“Quieren echarlo”. El follón que tiene Messi montado en el Barça (y del que no quiere hablar)

El diez azulgrana se las tiene con la directiva por una propuesta que no piensa aceptar de ninguna manera

El Barça es una tragedia atrapada en una paradoja.

Por un lado, mantiene la línea deportiva de éxito moderado, pero la hegemonía madridista en Europa le resta mérito a cualquiera de sus títulos. Por otro, la junta directiva vive en una constante pelea con los jugadores que parece querer eliminar todo el legado de Laporta.

Que la cantera ya no es un valor a tener en cuenta es algo muy claro, pero aparte de esta realidad, el Barça va perdiendo también pesos pesados de tiempos mejores. El único futbolista indiscutible en la plantilla es Leo Messi, y hasta a él quieren debilitarle en el vestuario.

El argentino cuenta con Luis Suárez como mejor amigo y socio en el club, y el uruguayo está incluido en la lista de jugadores a desterrar por parte de la directiva. Así se asegura en el entorno de Messi: “Quieren echarlo”.

Suárez disputa un balón en el Barça Roma / EFE

Messi será el capitán del Barça el año que viene, y el brazalete le dará un poder dentro de la ciudad deportiva Joan Gamper aún más imparable del que tiene ahora en toda la institución barcelonista.

Junto a él estarán Piqué, Busquets y Jordi Alba o Suárez. Messi prefiere optar por su compañero de ataque, y la dirección culé no quiere permitirlo. Saben que el charrúa es un peligro para su imagen y que con esa terna de capitanes los verdaderos dirigentes del club serían los jugadores.

Por ese motivo, y aduciendo que en enero cumplirá 32 años, desde la dirección deportiva del FC Barcelona se considera que Suárez puede salir este mismo verano si hay una buena oferta. Argumentan que su rendimiento este año ha mostrado su claro declive, además de no haber sido determinante en Champions League.

Suárez estuvo 6 meses sin jugar nada más llegar al Camp Nou en una clara apuesta por el club, pero ahora se encuentra con que es el eslabón más débil para la directiva. Sólo la protección de Messi le puede salvar.