La utópica coincidencia entre Alcaraz y Nadal en la histórica gesta de Roland Garros
Alcaraz se coronó por segundo año consecutivo como rey de la tierra batida, logrando un paralelismo extraordinario con Nadal


Carlos Alcaraz ha vuelto a escribir una página imborrable en la historia del tenis mundial al levantar su segundo título consecutivo en Roland Garros tras una final que rozó lo imposible. Frente al italiano Jannik Sinner, el murciano protagonizó una remontada titánica que hizo vibrar a la pista Philippe Chatrier durante nada menos que 5 horas y 29 minutos, la final más larga jamás disputada en la historia del torneo parisino.
Carlos Alcaraz alcanza el Olimpo del tenis, y se pone a la altura de Nadal
Un partido en el que la estoica remontada de Alcaraz fue el aspecto más destacable. De hecho, el marcador final reflejó la dureza de la batalla: 4-6, 6-7(4), 6-4, 7-6(3), 7-6(2). Alcaraz no solo venció a uno de sus mayores rivales de la nueva generación, sino que lo hizo levantando tres bolas de partido en contra, cuando todo parecía perdido. El espíritu de lucha que tantas veces se ha visto en otro gran nombre del tenis español, Rafa Nadal, sobrevoló la pista y volvió a hacer inevitable la comparación entre ambos campeones.
Hace no mucho, os contamos como Alcaraz quería desmarcarse de la sombra de Nadal. Sin embargo, en la tarde de ayer el destino tenístico volvió a unir sus nombres con una extraordinaria coincidencia: Alcaraz conquistó su quinto Grand Slam exactamente con la misma edad con la que Nadal levantó también su quinto grande en 2008: 22 años, un mes y tres días. Una coincidencia estadística asombrosa que ha dejado boquiabiertos a aficionados y expertos de todo el mundo.
En el caso de Nadal, su quinto Grand Slam llegó tras su mítica victoria sobre Roger Federer en Wimbledon 2008, en un encuentro considerado por muchos como el mejor partido de la historia del tenis. En aquella ocasión, el manacorí necesitó casi cinco horas para derribar al suizo en un duelo eterno que acabó con un inolvidable 9-7 en el quinto set. Nadal tenía entonces, al igual que Carlos, 22 años, un mes y tres días.
Casualidades de la vida, ese mismo registro exacto ha marcado la gesta de Alcaraz en la capital francesa, aunque cambiando el césped londinense por la tierra batida de París. Esta sorprendente similitud añade un nuevo episodio a la larga lista de paralelismos que unen al de El Palmar con el rey de Roland Garros.
Alcaraz se rinde a la evidencia y confiesa una vez más su admiración por Nadal
Tras la final, Carlos Alcaraz no pudo evitar referirse a esta curiosa coincidencia que el propio destino parece haber tejido: “Tengo que asimilarlo todavía. Es increíble que haya conseguido mi quinto Grand Slam con la misma edad exacta que Rafa. Es una de esas cosas que parecen escritas de antemano. Esta estadística la voy a guardar conmigo para siempre”, confesó con una sonrisa aún incrédula.
No obstante, esa no fue la única alusión al balear. En la rueda de prensa posterior, Alcaraz recordó que durante los entrenamientos previos al torneo había pasado junto a la placa conmemorativa de Nadal en la Philippe Chatrier: “No me paré a mirarla en detalle, pero sí pensé en Rafa en ese momento. En París, en esta pista, es imposible no pensar en él”, admitió el joven campeón, emocionado por formar parte de la historia del recinto donde Nadal ha reinado tantas veces.
Más allá de esa coincidencia, la manera en que Alcaraz volteó un partido prácticamente perdido recordó inevitablemente a las épicas remontadas de Nadal en este mismo escenario. El murciano sacó fuerzas cuando parecía desbordado, resistió ante los ataques de Sinner, salvó bolas de partido y acabó imponiendo su agresivo juego desde el fondo de la pista. Fue, sin lugar a dudas, una victoria marcada por el sello de la épica, esa que tantas veces protagonizó su ídolo de infancia.
Sin embargo, el propio Alcaraz evitó en todo momento ponerse a la altura de su ídolo: “Esas son palabras mayores. La final de Wimbledon 2008 fue historia pura de este deporte, está en el top. Pero en momentos complicados he pensado en Rafa, en no rendirme nunca, en pelear hasta el final”, explicó tras su victoria. Una confesión que refuerza la sensación de que el legado de Nadal sigue muy vivo en la mente y el juego de su heredero natural.
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