Messi pasa del Barça: risas tras la derrota con el Real Madrid

La derrota del FC Barcelona en el Clásico disputado este sábado llegó en un muy mal momento para el conjunto azulgrana. Con el club inmerso en una profunda crisis deportiva, económica e institucional, parecía que el primer equipo remontaba el vuelo en los primeros partidos de liga y en el estreno de la Champions League disputado el pasado martes.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Y todo ello mientras Leo Messi, el capitán y presunto líder del equipo, yendo a lo suyo. Una actitud fruto de la guerra civil que ha mantenido con Josep Maria Bartomeu este verano. Un enfrentamiento tras el que ha quedado un Messi irreconocible.

Messi se desconecta

No solo porque sobre el terreno de juego Leo vaya caminando. Algo que, al fin y al cabo, ha hecho casi toda su carrera. Su mejor virtud siempre ha sido la de activarse cuando el juego lo ha requerido pillando por sorpresa a los rivales. No.

Lo que hace que parezca que la cosa no va con él es la poca intensidad que pone en sus acciones. La desgana con la que se le ve sacando las faltas o atacando el área contraria. Y también la cara de pocos amigos que pone durante buena parte de los minutos que disputa. El rostro agrio con el que castiga en cada partido a todos los seguidores que siempre lo han apoyado.

Solo se le ha visto sonreír una vez este curso, cuando anotó de penalti ante el Villarreal. y contra el Ferencváros. Los únicos dos tantos, por cierto, que ha marcado este curso en seis partidos. El resto de los minutos los ha pasado cabizbajo, ausente y sin ningún tipo de tensión.

Una sensación de desinterés que se acentuó al final del encuentro de este sábado en el Camp Nou. Porque en otras derrotas contra los blancos se le ha visto seriamente mosqueado, enfilando el vestuario rápidamente hasta bajar el calentón.

Dest, enviado a da la cara por los pesos pesados

En esta ocasión, en cambio, se le vio tranquilo, intercambiando gestos distendidos con todos los rivales en intercambiando sonrisas, dando a entender que la derrota no le dolió ni mucho menos como en otros episodios. Y es que una cosa es la deportividad, y otra es casi dar las gracias por la derrota.

Y por si fuera poco, ni siquiera hizo acto de presencia ante las cámaras al término de la contienda. Y es que en un partido tan trascendente como el de este fin de semana, el que habló fue Sergiño Dest, un jugador que acaba de llegar y que ni siquiera habla español.