La lista negra de Messi en el vestuario del Barça

El delantero argentino no se entiende con algunos compañeros

Leo Messi es ambicioso y no se conforma con los premios acumulados desde 2005 ni con los títulos conseguidos con el FCBarcelona. Quiere más. Mucho más.

El delantero argentino quiere ganar más veces el Balón de Oro y, como mínimo, espera levantar otra Champions antes de que acabe su contrato con el Barça en junio de 2018.

Messi, que condicionará su continuidad a una mejora salarial, también pedirá a la junta directiva las máximas garantías sobre los futuros proyectos deportivos del club. Quiere que el Barça siga siendo competitivo y tenga una de las mejores plantillas de Europa.

El crack azulgrana, como todas las estrellas, tiene sus preferencias. Con algunos jugadores, sobre todo con Luis Suárez, tiene mucha afinidad dentro y fuera del terreno de juego.

Messi considera que el Barça tiene el mejor equipo titular del mundo, pero cree que el nivel del equipo baja mucho cuando faltan algunas piezas.

Comparaciones odiosas

El delantero azulgrana se siente mucho más poderoso cuando coincide en el campo con Jordi Alba, Andrés Iniesta y el mismo Suárez. El primero interpreta perfectamente sus diagonales, el segundo es muy desequilibrante en espacios cortos y el uruguayo es su socio ideal en punta.

Messi, en cambio, considera que el potencial ofensivo del Barcelona pierde mucho cuando juegan Lucas Digne, André Gomes y Paco Alcácer. Las comparaciones, obviamente, son odiosas.

El lateral francés sufre mucho ante rivales exigentes, el centrocampista portugués sigue sin asimilar los automatismos del Barça y el delantero valenciano es un buen rematador, pero no combina bien fuera del área.

El astro argentino espera que Luis Enrique modere las rotaciones en los próximos meses. Al menos, en los partidos más trascendentales. El primero será, el 3 de diciembre, contra el Real Madrid.

Messi no quiere que se repita el escenario de 2012 que le enfrentó con Guardiola. Entonces, el técnico de Santpedor alineó a Tello y Cuenca en los partidos (Real Madrid y Chelsea) que decidían la temporada. El invento no funcionó.