Toma la batuta. Tras el encuentro del FC Barcelona ante el Celtic en Glasgow, Leo Messi actuó como un auténtico capitán.
El de Rosario es un futbolista sutil y correcto, por lo que sobre el césped destaca por sus obras de arte y sus jugadas desequilibrantes.
Por ello, en su modo de actuar, por norma general, no entran las protestas ni los vaciles. Sin embargo, de sus compañeros en el tridente no se puede decir exactamente lo mismo.
Tanto Neymar como Luis Suárez suelen estar en medio de todas las protestas y sus actos son más sonados.
La gota que colmó el vaso
Tan es así que en el último partido de Champions, las broncas con el árbitro volvieron a estar en el ojo del huracán.
Sus dos compañeros de la delantera le recriminaron varias acciones sonadas al árbitro, por lo que el colegiado pidió al argentino que calmase los ánimos de los dos atacantes azulgranas.
Y es que en el Celtic Park se vivió un duelo más que tenso y complicado. Messi volvió a guiar a su equipo, abanderando la victoria del equipo. Sin embargo, esta ventaja en el marcador no calmó los ánimos.
El crack de Rosario tuvo que tirar del carro, mientras que a su vez también ataba en corto a Neymar y Suárez. Especialmente el brasileño, tuvo un partido en el que destacó por sus continuadas protestas a Daniele Orsato.
La bronca de Messi
Con la alerta del árbitro sobre la mesa, Leo fue el encargado de calmar a los dos delanteros.
El argentino actuó como capitán y acabó con las polémicas. El crack se dirigió a Suárez y le recriminó que dejará la actitud polémica.
Con Neymar hizo exactamente lo mismo; el brasileño acató las órdenes del veterano y dejó atrás el semblante irónico durante todo el partido. Le tiró de las orejas.
