El gran negocio de Luis Suárez en la playa de Castelldefels

El delantero del Barça se hace de oro con su chiringuito

No era un acuerdo comercial más para engordar sus cuentas bancarias a través de la publicidad. No. El spot en el que Luis Suárez aparecía estirado en una tumbona tomando una piña colada a principios del verano pasado formaba parte de la promoción de su primer negocio: un chiringuito nuevo en la playa de Castelldefels.

De hecho, el mismo futbolista lo avisó durante el vídeo: «Yo estoy acá, en mi chiringuito de Barcelona«. El delantero del Barça no se refería a un local al que acude habitualmente, sino que venía a confirmar su condición de socio del chiringuito el Chalito. Aunque en un primer momento se llevó en secreto.

Un año después de la apertura del negocio, la realidad es que está siendo todo un éxito. Han superado las expectativas. Así lo explicó a Diario Gol uno de los socios y cara visible del negocio, Leonardo Bonaduce: «Estamos muy contentos porque tenemos muchísimo trabajo. Va muy bien». Y eso que la temporada no ha hecho más que empezar.

Leo y Mariano, hermanos y dueños del restaurante argentino Chalo de Tapas, se asociaron con el futbolista uruguayo para montar un establecimiento en la misma arena de la playa. La idea consistía en traspasar el éxito de su predecesor a un nuevo local que solamente funcionase en verano.

Frente a la concurrida Plaza de Las Palmeras se ubica el Chalito, donde no es extraño ver al futbolista charrúa almorzando por las mañanas. La oferta gastronómica del Chalo de Tapas es una de las claves para que el delantero se haya decidido a apostar por el negocio. Y es que Luis Suárez era cliente habitual del restaurante y solía pedir comida a domicilio.

Leo, un argentino muy avispado, llevaba personalmente los pedidos a la casa de Suárez a pesar de tener distintos repartidores en su negocio. Y no tardó mucho tiempo en pedirle comida otro famoso futbolista, vecino del uruguayo: Leo Messi.

A partir de ahí, surgió una buena amistad entre Lucho y los dos hermanos que regentan el restaurante. Se trata de un negocio familiar en el que los padres de los dueños se encargan de la repostería típica argentina y, sobre todo, de hacer las masas de las pizzas, empanadas, bocadillos y roscas, el plato estrella del Chalo.

Buena parte de la carta se ofrece también en el Chalito, aunque no la totalidad ya que no está tan pensado para ser un restaurante, sino como un lugar en el que la gente pueda relajarse durante su visita a la playa. Es por ello que uno de los productos que más triunfan son sus mojitos con azúcar moreno (ocho euros cada uno).

Castelldefels cuenta hoy en día con 13 chiringuitos en su extensa playa. El más famoso de todos, por el tiempo que lleva operando en el municipio, es el Tibu-Ron, un chiringuito regentado por jóvenes empresarios locales que poco a poco han ido consolidando un pequeño imperio con la apertura de nuevos restaurantes y discotecas como Tibu-Ron Beach Club, Solraig by Tibu-Ron, Jellyfish Beach Club o Jarana. También han echado una mano a sus amigos del Chalito, así como a otros chiringuitos amigos tipo Ananda y Mona Roja.

De los 13 chiringuitos que operan en Castelldefels, solamente cuatro de ellos tienen permiso para realizar actividades musicales –fiestas y conciertos– durante todo el día. Uno de ellos es, precisamente, el Chalito de Luis Suárez. Un aspecto más que ayuda a dar fama al local, que también contó con una sibilina colaboración para la promo por parte del propio Messi durante el verano pasado, posando junto a Suárez en el exterior del chiringuito. Mientras que el local original del Chalo cuenta con una auténtica colección de camisetas de los dos cracks del Barça.

Inversión estimada: 200.000 euros

Los detalles de la inversión realizada en el negocio no son públicos, pero las fuentes del sector consultadas apuntan que «entre la concesión (por cuatro años), los impuestos, la infraestructura del chiringuito, el producto y el personal, lo normal es que se vaya a unos 200.000 euros«. Palabras menores teniendo en cuenta que Luis Suárez cobra unos 14 millones de euros brutos en el Barça.

No es el primer futbolista sudamericano que se pasa al sector de la hostelería. Messi abrió un restaurante en Barcelona con los hermanos Iglesias, poco después de que Dani Alves inaugurase un local de cocina creativa brasileña en una céntrica calle de la capital catalana. Por su parte, Javier Mascherano está asociado con Martín Pose en el restaurante argentino Nueve Reinas de Sant Cugat del Vallès.

No es de extrañar que El Pistolero invierta en Castelldefels ya que hace años que la familia de su mujer, Sofia Balbi, vive en la citada localidad costera. Hasta el punto de que ella, junto con Antonella Roccuzzo –futura esposa de Messi–, han lanzado un negocio de zapatos y ropa de lujo argentina en Barcelona: Sarkany.

Por todo esto, y al contrario de lo que suelen hacer la mayoría de fichajes del Barça, Suárez compró casa al poco de llegar. Todo indica que la intención del jugador es afincarse en este municipio catalán con su familia, aún cuando cuelgue las botas. Y qué mejor que tener su propio chiringuito en la misma playa.