El fichaje estrella que Cristiano Ronaldo fulminó en el Real Madrid

El delantero portugués pidió expresamente la no contratación de un futbolista de primer nivel

Cristiano Ronaldo tiene mucha mano en el Real Madrid. La ascendencia del delantero portugués en el club es total, a pesar de Florentino Pérez, que le a duras penas le consigue poner trabas para la renovación de su contrato. Sabe que en el vestuario no hay quien tosa al portugués e, incluso a la hora de hacer según que fichajes, es importante la opinión de CR7.

No en vano, el luso ya ha vetado a algunos jugadores este verano. Concretamente, y en realidad ocurrió antes del verano, Cristiano fulminó el posible fichaje de Zlatan Ibrahimovic. El sueco estaba en la lista de refuerzos del Madrid para la delantera en una operación con un doble objetivo: reforzar a lo bestia el eje ofensivo y meter a un enemigo del Barça en el Madrid.

Sin embargo, Cristiano en seguida vio las orejas al lobo. Su relación con Ibrahimovic no es la mejor, y en ocasiones han mantenido algún que otro cruce de declaraciones repletas de testosterona: de esas consistentes en medir quien tiene más ego de los dos. El portugués no veía con buenos ojos la llegada de Ibra que, además, no iba a tener la titularidad asegurada a menos que Benzema hubiese salido del equipo. Así que rápidamente se encargó de vetar el fichaje.

Muchos gallos en el gallinero

Hubiese sido una operación bomba ya que Ibra hubiese llegado al Madrid con la carta de libertad. Sin embargo, otro problema hubiese consistido en el sueldo del jugador, que pretendía estar en un nivel salarial similar al de Cristiano. Otro asunto que el portugués no iba a consentir.

Finalmente, y ante las citadas trabas, José Mourinho entró en acción para camelarse a Mino Raiola y asegurar el aterrizaje del sueco en el Manchester United. Esto, además, supuso un trato de favor para que el United pudiese firmar a Paul Pogba, también representado por Raiola. Quizás, si Cristiano no se hubiese entrometido e Ibra fuese ahora del Madrid, Pogba podría haber vestido también la camiseta blanca. Pero CR7 no quería tantos gallos en el gallinero.