La reunión entre Zinedine Zidane, Florentino Pérez y José Ángel Sánchez tuvo un solo objetivo. Había que definir qué miembro de la BBC saldrá para hacer hueco a Kylian Mbappé.
Zidane lo tenía claro desde el principio, y el partido de ayer de Gareth Bale le dio aún más la razón.
El galés está realizando una pretemporada gris. Ante la ausencia de Cristiano Ronaldo, se esperaba que Bale llegara como un toro tras todo el verano recuperándose de su lesión.
Pero Bale no anda fino. No es capaz de echarse al equipo a la espalda en esos primeros compases del año y pasea por el campo con un aire desangelado. Revolotean sobre él unas nubes grises tan características de su país natal.
La renovación de Benzema
Karim Benzema acaba contrato en 2019, y Zidane ha pedido a Florentino Pérez que amplíe tan pronto como sea posible el contrato de su compatriota. El nueve madridista es una pieza clave en el esquema de Zizou, y puede actuar de mentor y guía de Mbappé en su adaptación al Santiago Bernabéu.
Benzema sabe mejor que nadie la exigencia de la afición merengue y siempre ha mantenido la cabeza fría antes las críticas. Zidane quiere que aconseje a Mbappé y prefiere dejar de contar con Bale.
El galés sigue en el radar del Manchester United y debe reconducir su carrera. El gran nivel que demuestra cada vez que juega con su selección se ha mostrado intermitentemente en Madrid.
Florentino pidió a Zidane que escogiera y el marsellés lo ha hecho sin dudar un ápice. Si llega una oferta por Bale, tiene la puerta abierta.
