Piqué tiene una bronca en el Barça que se va de madre

El central pilla un mosqueo monumental con los responsables culés

No está en un buen momento. Gerard Piqué atraviesa un momento complicado, tanto fuera como dentro del terreno de juego.

En casa

Los problemas de salud de Shakira y las informaciones que surgen a diario acerca de la crisis que amenaza la continuidad de la pareja tienen al futbolista en el punto de mira.

La prioridad del culé es que la madre de sus hijos se recupere de su dolencia en las cuerdas vocales. La salud de la cantante es lo más importante.

Asimismo, ambos han preferido mantener un pacto de silencio acerca de su posible ruptura, al menos hasta que todo vuelva a la normalidad y la sudamericana logre reiniciar la gira El Dorado World Tour, con tal de que el ambiente no se enturbie todavía más.

En el campo

En cuanto al fútbol, el central tuvo mejores días. Su rendimiento está dejando mucho que desear, lo que está afectando directamente a su renovación.

El futbolista termina contrato en el 2019 y ninguna de las partes tiene prisa por prolongar el contrato del catalán, pero desde los despachos blaugrana se desprende que existen intenciones entre los responsables de ofrecerle un contrato a la baja.

Pero lo que más preocupa a Gerard en este momento es el partido del próximo domingo contra el Valencia, y no por la dificultad del rival. Lo que tiene al jugador realmente muy mosqueado es el poco esfuerzo que han puesto desde el club para que pueda participar en el choque.

En los despachos

Piqué vio una cartulina amarilla en el partido ante el Leganés. Fue la quinta de la temporada, lo que obligaba a cumplir ciclo al zaguero en el siguiente compromiso liguero. Desde el club recurrieron al Comité de Competición para que le retiraran la tarjeta y este miércoles confirmaron que la respuesta al recurso fue negativa. Hasta aquí todo correcto.

No obstante, desde la entidad no han movido un dedo más para intentar que el central esté disponible, y eso es lo que ha enfadado y mucho a Piqué. Que Josep Bartomeu y compañía no hayan acudido al Comité de Apelación ha desatado la ira del defensa y ha agravado mucho más una relación que no atraviesa sus mejores momentos desde hace tiempo.