Entre Dios y el Bernabéu

Amelia Pérez de Camino Palacios, monja teresiana y nieta mayor del fundador del Madrid FC Julián Palacios, cree que Messi "es mejor jugador" que Cristiano

De milagro hay que calificar el reportaje. Es la primera –y muy posiblemente última– entrevista que concede la hermana teresiana Amelia Pérez de Camino Palacios [Madrid, 1936] a un medio de comunicación. Amelia es la nieta mayor de Julián Palacios, impulsor del Madrid FC a finales del siglo XIX en el madrileño campo de Estrada, en la calle Lista esquina a Velázquez. Palacios fue el primer capitán, primer delantero centro y primer presidente no oficial del Real Madrid. E integró el primer equipo, este sí, oficial, cuando en 1902 adquirió personalidad jurídica de la mano del catalán Juan Padrós. Palacios redactó y editó el Reglamento y los Estatutos del club blanco, y acompañó a Padrós al Gobierno Civil para legalizarlo. También fue secretario de la Real Federación Española de Fútbol. La hermana de su mujer Amelia Estrada, Mercedes, se casó con José María Gorostizaga, ingeniero de Minas como Palacios y primer tesorero del Madrid FC.

Desde hace catorce años, la hermana Amelia Pérez de Camino trabaja junto con otras dos compañeras –las dos, del Barça–, en plasmar la memoria histórica de la Compañía de Santa Teresa de Jesús. Un esfuerzo ímprobo que está a punto de aparecer en cuatro volúmenes. «Hemos tenido total libertad y todas las facilidades para escribirla, y ahora estamos dando los últimos retoques antes de que vaya a la imprenta», dice.

Hija de la hija mayor

Julián Palacios Gutiérrez [Madrid, 1880-1947] y Amelia Estrada Espinosa, hija de un conocido marmolista que da nombre al primer campo que tuvieron los pioneros madridistas hasta 1902, casi a las afueras de Madrid en aquel tiempo, tuvieron siete hijos: Amelia, Julián, José, Matilde, Carmen, Claudio y Mercedes. La hermana Amelia es hija de la hija mayor de Palacios. «Mi madre se casó con mi padre, Fernando Pérez de Camino, tuvieron once hijos, yo soy la mayor. Luego vienen Mari Carmen, que también es teresiana; Fernando, Julián –hoy hace cuatro años que murió–, Javier, María Teresa, Paloma, José Antonio, Juan Ignacio, Santiago –también fallecido hace dos años–, y Manuel». Todos socios del Madrid casi desde la cuna, y, menos Julián y María Teresa, con la insignia de Oro y Brillantes por tener una antigüedad de más de sesenta años; a Juan Ignacio y Manuel les falta un poco.

«Yo no he concebido otra forma de entender el fútbol que desde el Madrid», dice la nieta de Palacios. «Fui socia del club en aquellos tiempos en que el carnet era distinto para los socios y las socias, tenía el cinco mil», relata. Amelia confiesa que de las poquísimas cosas que conserva de su juventud, una es el carnet de socia del Real Madrid de 1954 –número 5.379–, y la otra, el Libro de Escolaridad del Bachillerato.

Entusiasta del género chico

Cuando murió su abuelo, el 27 de noviembre de 1947, la hermana Amelia tenía once años. «Me acuerdo perfectamente de él, me regaló mi primer reloj», asegura. «Era un gran fumador, un tosedor horrible. Con frecuencia las sábanas tenían algún bodoque quemado, y mi abuela, siempre lamentándose: ‘¡Cualquier día arderemos!’. Con mi abuelo nunca fui a Chamartín; sí vi con él, en cambio, mano a mano, todas las zarzuelas madrileñas: La Gran Vía, La verbena de la Paloma, El santo de la Isidra, La Revoltosa… El género chico le entusiasmaba. Solíamos ir juntos a la cervecería El Águila, en frente del Ministerio de Industria, en la calle de Serrano, a beber unas cañas antes de regresar a casa, yo en copa pequeña». [Se ríe a carcajadas]

Julián Palacios, aparte de trabajar en el Ministerio de Industria en su condición de ingeniero de Minas, también tenía una empresa familiar de artes gráficas, Gráficas Reunidas, heredada de su padre Julián Palacios, fallecido el 10 de octubre de 1911. Estaba en la calle de Hermosilla, 110, donde ahora están las oficinas de El Corte Inglés. «Ahí hemos jugado alrededor de las máquinas al escondite y cosas de esas», recuerda la hermana Amelia.

El comportamiento de Palacios como empresario siempre fue excepcional. Durante la guerra, sus propios obreros fueron quienes defendieron su casa y hacienda. A él y a su familia no les pasó nada. Y eso que el Sindicato de Artes Gráficas fue uno de los más izquierdistas y revolucionarios de la época. «Los trabajadores se portaron muy bien con mi abuelo y su familia».

Di Stéfano llega a España

El madridismo activo de Amelia duró hasta que, en 1955, ingresó en el noviciado de Tortosa, Tarragona. El mismo año, por cierto, en que el estadio de Chamartín pasó a denominarse Santiago Bernabéu. «En marzo de 1952 estuve en el partido que jugó Di Stéfano por primera vez en España con el Millonarios», asegura, «con ocasión de las Bodas de Oro del Real Madrid. Fui a Chamartín con mis padres. El más conocido sin embargo era [Raúl] Rossi. Nos quedamos boquiabiertos con aquel señor rubio que se movía por todas las zonas del campo. ¿Quién es?, nos preguntábamos. ¡Era Di Stéfano! Luego vendría aquel lío con el River Plate y el Barcelona…». Aunque a la historiadora teresiana el jugador que le encantaba era el canario Luis Molowny, el Mangas.

«El último partido del Madrid al que asistí fue en enero de 1955. Yo me fui de Madrid el siete, y el cinco, fui a ver a jugar a Molowny por última vez», dice, riéndose, la hermana Amelia. Han pasado 61 años y es comprensible que la memoria falle, pues en realidad no fue el cinco, sino el 2 de enero de 1955. El rival: la Real Sociedad (1-1). Aquella tarde, el técnico José Villalonga alineó a Alonso, Marquitos, Oliva, Navarro, Muñoz, Atienza II, Olsen, Pérez Payá, Di Stéfano, Rial y Molowny.

Historia General de la Compañía

Amelia Pérez de Camino Palacios está acabando un interesante proyecto de la congregación religiosa fundada por el sacerdote catalán Enrique de Ossó en 1876: la Historia de la Compañía de Santa Teresa de Jesús. «Tenemos una historia anterior que acaba en 1932, porque las dos secretarias generales que la escribieron no juzgaron prudente entrar en 1936», asegura Amelia, quien agrega: «La nuestra es diferente porque no es cronológica, sino monográfica. Está dividida en cuatro volúmenes donde se narra la vida de las hermanas de la Compañía a lo largo del tiempo en que le acompañó su fundador, y las Constituciones [reglas de la orden]; los generalatos; la formación de las religiosas; y la actividad apostólica. Hemos tenido acceso a todas las fuentes necesarias para escribirla, incluyendo el Archivo General en Roma». El equipo de trabajo lo completan dos hermanas igual de futboleras que la hermana Amelia, pero «del Barça».

«Me dio mucha pena que se fuera [Carlo] Ancelotti», dice la nieta mayor del fundador del Real Madrid. «Entiendo la problemática de que en su última temporada pusiera siempre a los mismos… Tengo unos hermanos más pro Ancelotti, y otros menos, pero a mí me sentó muy mal. Siempre pensé, por otro lado, que Rafa Benítez, a pesar de ser de la casa, no iba a triunfar. Que no saldría adelante con el equipo. No tenía mano izquierda. Y eso es importante para encajar en una plantilla donde los egos… Zidane parece que, en ese sentido, ha invertido la situación».

–¿Quién es mejor, Cristiano o Messi?

–Son dos jugadores distintos, es muy difícil establecer la comparación. Messi es mejor jugador, pero la fuerza, los goles, el carácter, es de Cristiano Ronaldo.

Jugadores buenos, pero peseteros

Amelia, si debe quedarse con algún jugador de su tiempo, coge a Molowny, Miguel Muñoz, Gento, Di Stéfano, José María Zárraga; después Pirri, Chendo, Amancio… De los ochenta y noventa, a Míchel, Butragueño, Sanchís, Redondo, Hierro… ¡Raúl! –»tiene su sitio muy preferente»–, Ronaldo, el Gordo –»era todo un futbolista»–, Zidane, Roberto Carlos, Beckham… «Los jugadores de ahora los encuentro mucho más peseteros; dicen que son madridistas pero a la hora de la verdad no se sabe hasta dónde, a pesar de eso me quedaría con Casillas, los defensas Sergio Ramos, Marcelo, Carvajal… y con Cristiano, no cabe duda, entre otros», remarca, no sin antes confiar en que resurja la cantera.

La hermana Amelia Pérez de Camino Palacios lamenta que hoy sea prácticamente imposible para ella seguir por televisión algunos partidos del Madrid. «Nosotras, como es normal, no tenemos Canal Plus, ni Movistar, ni Bein Sports… y lo tengo más difícil. Pero lo sigo por Internet, al menos los resultados…». Y cuentan, quienes la conocen bien, que con la misma intensidad y pasión que ponía en sus tiempos de mocedad cuando acudía con sus padres a las gradas de Chamartín.