Coutinho no perdona la puñalada por la espalda de Messi

El centrocampista brasileño de Barça Phillippe Coutinho no olvida el trato del argentino en su primera etapa en el conjunto culé

Leo Messi se queda sin aliados en el FC Barcelona. Tras las salidas de Arturo Vidal y, sobre todo, de Luis Suárez, el de Rosario se ha quedado bastante solo en el vestuario culé. Jordi Alba es de los pocos que le ríe las gracias. Y lo lleva claro, pues algunos en el equipo no le perdonan actitudes del pasado. Por ejemplo, Phillippe Coutinho.

El centrocampista brasileño afronta su segunda oportunidad  en el FC Barcelona. Después de no haber triunfado en su primer año y de una cesión en el Bayern de Múnich, el brasileño encara una nueva etapa en el conjunto culé en la que deberá justificar parte de los 160 millones entre fijos y variables que pagó Josep Maria Bartomeu por llevárselo del Liverpool.

Coutinho no encuentra su sitio

Coutinho no consiguió adaptarse durante el primer año y medio que pasó en el FC Barcelona. Aterrizó en la capital catalana en enero de 2018, durante el mercado invernal. Y no logro encontrar su sitio durante los seis meses que restaban de temporada.

Desde el club se le dio otra oportunidad al año siguiente, pero su rendimiento volvió a dejar mucho que desear y terminó saliendo cedido por la puerta de atrás. Una decisión del club en la que tuvo mucho que ver Messi.

Phillippe Coutinho
Phillippe Coutinho

Coutinho no olvida

El delantero argentino no llegó a entenderse con el crack argentino. No llegó ni de lejos al nivel de Neymar, del que sobre el papel era el relevo. Y ya se sabe lo que ocurre cuando un jugador no da la talla junto al de Rosario. Que se lo pregunten sino a David Villa o a Zlatan Ibrahimovic.

Una puñalada que Coutinho no olvida. Ni perdona. Durante los primeros meses en Barcelona, Phillippe y Leo mantuvieron muy buena relación. Pero el que Leo no moviera un dedo por el carioca, decepcionó y mucho al ex del Liverpool, que a su regreso de la cesión en el Bayern de Múnich no se casa con nadie. Y menos con Messi. Las heridas de la traición siguen abiertas.