Sergio Ramos no calla más: “O lo echas, o lo echo” (o el episodio más feo en el Real Madrid)

El capitán dispara con bala a uno de los cracks del vestuario blanco

Tiene los días contados. Gareth Bale ha ido cavando poco a poco su tumba en el Real Madrid y salvo una sorpresa descomunal de última hora, el galés saldrá de Chamartín el próximo verano.

El jugador ha estado en el punto de mira desde que llegó a la capital en el 2013. Las lesiones han sido el calvario del delantero desde entonces. En total, el delantero acumula más de un año de baja en las casi cinco temporadas que acumula en el Real. Aunque no ha sido este el detonante que ha puesto al delantero de Cardiff en la palestra.

El inicio del malestar del Real Madrid con Gareth Bale

Todo empezó en abril del 2017. Entonces el extremo se perdió dos partidos, contra el Sporting y el Bayern, por un edema en el sóleo derecho y desde el cuerpo médico le recomendaron descanso en los siguientes partidos. Pero Bale insistió para  participar en el clásico, a lo que accedió Zinedine Zidane.

Una decisión que se convirtió un error. Gareth duró 35 minutos sobre el terreno de juego antes de volver a caer lesionado, esta vez por molestias en el sóleo de la pierna izquierda después de haber recargado la zona al no apoyar bien el derecho durante la lesión.

El asunto dejó muy molesto al técnico, que en la rueda de prensa posterior al choque puso en evidencia al británico: “Él me dijo que estaba bien”. Cabe decir que Bale no volvió a jugar hasta la final de la Champions que se disputó en Cardiff, en la que fue suplente.

Zinedine Zidane vuelve a confiar en Bale

El verano diluyó las rencillas y con el nuevo curso Zidane volvió a confiar ciegamente en el de Gales. Bale era uno de los titulares indiscutibles y la BBC, mientras sus miembros estuvieran en condiciones, innegociable.

Pero las lesiones volvieron a hacer acto de presencia. En total se perdió 14 partidos y no regresó a los terrenos de juego hasta el Mundial de Clubes. Pero su rendimiento no mejoró y poco a poco Zidane fue convirtiéndole en un suplente de lujo. Bale dejó de tener sitio en el 4-4-2 diseñado por Zizou.

Gareth Bale tirado en el banquillo del Levante

Zidane pone a Bale en su sitio

El momento cumbre del mal ambiente se fraguó en la eliminatoria contra el Paris Saint-Germain, cuando el míster le dejó en el banquillo en el que era el partido más importante de la temporada hasta la fecha.

El futbolista se tomó la decisión realmente mal. Se le vio pasando de todo en el banquillo y no se le vio nada motivado cuando ZZ le mandó a calentar, así como se tomó muy con la calma quitarse el chándal cuando iba a entrar en el terreno de juego. También pasó de Ramos cuando el capitán le convocó al centro del campo para agradecer el apoyo a la afición.

Gareth Bale PSG

Y en el partido de vuelta, más de lo mismo. Bale a su rollo, como si la eliminatoria no fuera con él. También en el siguiente partido contra el Real Betis, en el que entró de titular pero apenas apareció.

Bale tira la toalla en el Madrid

Pero el punto álgido de su pasotismo llegó en Butarque, unos días después. El galés evidenció su desidia cuando salió al campo con zapatillas deportivas en lugar de las botas de fútbol y tuvo que ir al vestuario a cambiárselas.

Resultado de imagen de bale leganes botas

Bale tampoco fue titular en la ida de los cuartos de la Champions League contra la Juventus de Turín, mientras que en la vuelta, cuando Cristiano Ronaldo le pidió más agresividad, Bale respondió sonriendo irónicamente.

Desde entonces el Madrid ha jugado cinco partidos, en los que el galés solo ha sido titular en uno de ellos y se ha quedado fuera de la convocatoria en otro, dejando unas pobres actuaciones cuando ha vestido de corto.

Sergio Ramos y los cracks ponen la cruz a Bale

El pasotismo del jugador tiene a Zidane de punta, pero también a los pesos pesados del equipo. Sobre todo a un Ramos que ya no lo puede ni ver. “O lo echas, o lo echo”, se le ha escuchado al de Camas en más de una ocasión, cuando el británico ha dado alguna de sus muestras de que le da todo igual.

Otros jugadores como Lucas Vázquez o Marco Asensio tampoco pueden verlo. Los jóvenes cracks no olvidan todos los minutos que el delantero les ha quitado sin aportar nada al equipo.

En este sentido, no quieren seguir en el Real si Bale sigue en Concha Espina, pues saben que aunque no rinda sobre el campo tendrá que jugar para ganar caché y que Florentino pueda venderlo por el precio que pretende, cercano a los 100 millones que el Madrid pagó al Tottenham por su traspaso.