Neymar pide a Florentino Pérez un imposible (o no va al Real Madrid)

El delantero brasileño del PSG y la exigencia al presidente blanco

Neymar es el elegido por Florentino Pérez para reflotar a este Real Madrid. No es ningún secreto. El delantero brasileño ja sido y sigue siendo el galáctico que tiene en mente el presidente del club blanco de cara al próximo verano.

Si bien es cierto que algunos desde su entorno le aconsejan que se olvide de él y, si tiene que dejarse una millonada, mejor vaya a por Mbappé, en la directiva saben que el brasileño sigue estando a años luz del francés en cuanto a repercusión e impacto mundial.

Y eso es lo que buscan en el Bernabéu. Quieren a un galáctico que los sitúe de nuevo en el centro del panorama internacional. Algo que no ocurre tras la salida de Cristiano Ronaldo.

Neymar | EFE

Neymar pide un imposible

Sin embargo, no va a ser nada fácil su fichaje. Y es que Florentino tiene muchos frentes abiertos. Por un lado el PSG, que va a hacer todo lo posible por retener a su jugador franquicia. Por otro, el vestuario blanco, que prefiere a otro tipo de galácticos tipo Hazard o Kane, con un carácter más dócil que el del carioca.

Y, por otro lado también, el propio Neymar. Y es que el delantero le ha hecho llegar una serie de peticiones/exigencias a Florentino: ser le mejor pagado, que forme un equipo de primer nivel, un entrenador top, ser el líder del equipo, que el juego se centre en su figura, que le ayude a ganar el Balón de Oro…hasta aquí todo ‘normal’.

Isco | EFE

El problema es que también le ha exigido la continuidad de Isco en la plantilla blanca. Sí, Neymar quiere jugar con el andaluz sea como sea. Una petición que, como aseguran muchos desde dentro, es un “imposible”. Entre otras cosas porque el drama de Alarcón va a más.

Apenas juega desde que Solari se hizo cargo del primer equipo, tiene a medio vestuario en contra y la afición ya ni le apoya. Todo hace indicar que Isco se marchará a final de temporada. Algo que no debe pasar si Florentino quiere, por fin, ver al brasileño vestido de blanco.

Veremos qué decisión acaba tomando el presidente, pero lo que está claro es que su voluntad va hacia un lado y la del vestuario va hacia otro. Una vez más.