Modric está muy calentito. Y no por el cambio: Lopetegui o la cena en Madrid

El croata, con la mosca detrás de la oreja

Luka Modric está cada vez más enfadado. El croata no acaba de estar contento en el Real Madrid. Al subcampeón del Mundo no le hizo ninguna gracia que se marcharan este verano Cristiano Ronaldo y Zidane, y todavía menos que el recambio del francés haya sido Julen Lopetegui.

Modric ya amagó con marcharse ante la oferta que le presentó el Inter de Milán, aunque Florentino Pérez no cedió. Pero lo cierto es que Luka está descontento. ¿La razón? El clan español que se está formando en el vestuario blanco.

Sergio Ramos, Isco y Asensio, los capos

El Madrid ha pasado a tener nuevos jefes. Sergio Ramos, Isco y Marco Asensio cada vez tienen más poder dentro del vestuario, y eso no gusta a todos. Desde luego no a Luka Modric.

Modric  | EFE

El croata empezó a tener la mosca detrás de la oreja después de la cena que el capitán organizó en Madrid hace unas semanas. Allí vio claramente como los españoles se conjuraban para contar con el máximo de minutos posibles. Y eso va en su contra.

El dilema de Lopetegui

Julen tiene un problema de los gordos entre manos. Con su 4-3-3 debe decidirse sobre qué tres centrocampistas alinear. En San Mamés dejó a Isco y Casemiro en el banquillo, pero no será siempre así.

El míster tiene muy claro que el brasileño es intocable. Casemiro entró en el descanso en San Mamés, y es que el equipo pierde el equilibrio sin el ex del Oporto. Así pues, las otras dos posiciones quedan para Isco, Modric, Kroos o Ceballos.

Y desde el vestuario cada vez hay más presiones a Lopetegui para que el malagueño sea el elegido, lo que deja a Modric y a Kroos entre la espada y la pared.

Luka siente que se está quedando cada vez más solo en un vestuario donde solo Gareth Bale da la cara por él. Además, teme que con la excusa de su edad se vaya al banquillo en más de una ocasión para dosificar.

Sabe que Isco volverá al once más pronto que tarde. Cuenta con el apoyo del vestuario y de Julen. Ya el otro día Modric salió del césped de San Mamés para dejarle paso, y su cara era todo un poema. Una guerra que puede provocar un problema muy serio en el Santiago Bernabéu.