Los aires de divo de Odegaard que el Real Madrid no sabe cómo tapar

El futbolista del filial cuenta con todos los privilegios, pero reclama una oportunidad en el primer equipo o cogerá la puerta

La situación de Martin Odegaard en el Castilla (en el Real Madrid, en general) se complica. Los compañeros siguen mirándole con recelo. Tiene ficha de crack y rendimiento de suplente. No marca un gol desde febrero, pero exige una oportunidad en el primer equipo. Para colmo, está incómodo y molesto con su situación: no entiende que Rafa Benítez se haya olvidado de él para los partidos contra el Cádiz (sí viajaron cuatro compañeros: Marcos Llorente, Mayoral, Lienhart y Tejero) y Malmoe, un encuentro intrascendente.

Odegaard llegó al club blanco como una jugada estratégica de Florentino Pérez en clave de futuro: futbolista joven, con recorrido y galones para liderar el Castilla y, a corto/medio plazo, el Real Madrid. Pero su entrada en el filial blanco tiene el gallinero revolucionado. Los dedos apuntan a Odegaard, que vive aislado de un grupo que evita al futbolista. Se entrena demasiados días con el primer equipo. Los compañeros consideran que va a su aire. Tampoco ha ayudado a su integración el hecho de que tiene una ficha que multiplica por mucho la del resto de integrantes del filial: 1,2 millones de euros.

En lo deportivo también hay motivos de sospecha. Su llegada ha dejado fuera de las alineaciones a Medrán, jugador del centro del campo con el que Ancelotti llegó a contar en Copa del Rey y en Champions. No convenció a Rafa Benítez en la gira de pretemporada, ni parece enamorar al entrenador castillista, Zinedine Zidane. Con todo ello, el jugador ha dado órdenes a su entorno para que le busque una salida.