Golpe en la mesa. Sergio Ramos cogió este miércoles todos sus galones de capitán para poner en liza a los jugadores del Real Madrid.
La mayoría en el conjunto blanco esperaba que el equipo de Zinedine zidane diera un paso adelante en el Mundial de Clubes que esta semana se disputa en Abu Dhabi.
Los blancos firmaron uno de los peores primeros tramos de la temporada de la historia del club.
En el peor momento
A ocho puntos del FC Barcelona en LaLiga y clasificados como segundos en la fase de grupos de la Champions League, el campeonato internacional que se disputa en los Emiratos Árabes era una buena ocasión para deshacerse de las malas sensaciones e iniciar una nueva etapa ascendente. Más aún después de conocer que, para más inri, en los octavos de final de la Liga de Campeones se enfrentarán al todopoderoso Paris Saint-Germain, que está arrasando en Europa.
Pero lejos de ofrecer una buena imagen, los blancos estuvieron incluso a punto de caer ante el Al-Jazira. No fue hasta la segunda parte del choque que los hombres de Zidane no sometieron a su rival, así como en toda la primera no daban la sensación de poder sacar la eliminatoria adelante. El Madrid dominaba, pero de forma estéril, como tantas otras veces este curso.
Y es que la reacción en la segunda mitad no fue casualidad. Ramos fue el artífice de la remontada madridista.
Ramos alza la voz
El capitán hizo de capitán. El central tomó la palabra en el vestuario y puso a todos los jugadores en su sitio. Especialmente a un Karim Benzema desaparecido en ataque como en casi toda la temporada, así como a Isco Alarcón, a Cristiano Ronaldo y a Mateo Kovacic, a los que vio muy desconectados durante toda la primera mitad.
La reacción no se hizo esperar y los campeones de Europa lograron remontar el choque. Lo hicieron por la mínima, pero no se puede negar que la intensidad ejercida en la segunda parte nada tuvo que ver con lo que vimos en la primera. La bronca de Ramos causó su efecto. Veremos si en la final continúa la línea ascendente del conjunto de la capital.
