Keylor Navas cuenta quién es el traidor de Zidane en el Real Madrid

El portero blanco descubre el doble juego del chivato de Florentino Pérez

Es el nuevo topo. Como Iker Casillas en su momento. Pero sus túneles subterráneos no van tan dirigidos del vestuario a la prensa, que también, sino al despacho de Florentino Pérez.

Keylor Navas manda un aviso a navegantes en el Real Madrid: el chivato del presidente está jugando peligrosamente a dos bandas.

Y ese no es otro que el mismísimo capitán, Sergio Ramos. El internacional español, aquejado por numerosas lesiones esta temporada, se ha puesto más que nunca al servicio de Florentino.

Ramos sabe que el presidente necesita tener información de cómo está el vestuario. Quién trabaja mejor o peor, cómo se entrena y hasta quién sale de fiesta.

El futbolista de Camas, más inteligente de lo que muchos piensan, sabe no comprometer del todo a la plantilla y a su vez contentar a Florentino. Es una forma de ganarse una nueva renovación.

Pero según se apunta desde Madrid, se le está yendo de las manos. Keylor ha descubierto su doble juego y se siente perjudicado porque lo quieren fuera en verano.

Tensiones con Zidane y CR7

En menos de un año las cosas han cambiado mucho en el vestuario blanco. Las relaciones con Zidane son más tensas y Cristiano Ronaldo se ha distanciado del grupo.

Ramos está mimando mucho al clan español, aunque trata de mantener una relación más que cordial con todas las partes. De ahí su última comida en casa de Cristiano.

De puertas para afuera, Ramos defiende al portugués a capa y espada. Y todavía más a Zizou, cómo él lo llama siempre, un técnico clave en la historia reciente del Madrid.

Sin embargo, en conversaciones con el presidente, Ramos se ha quejado de la forma de hacer del galo: por la falta de oportunidades a los jóvenes, por no premiar a los que más lo merecen.

Limpieza de vestuario y banquillo

El futbolista de Camas ve un Madrid renovado a partir del año que viene: sin Ronaldo, Benzema ni Gareth Bale. Sin Keylor Navas. Y sin Zidane.

A menos que el Madrid se revitalice y vuelva a ganar la Champions, el club debería prescindir del técnico. El vestuario necesita un cambio: caras nuevas dentro y fuera del banquillo.