Isco la lía (y no en Málaga): dorsal, contrato, casa (y puñalada sorpresa a Florentino Pérez)

El andaluz pone en jaque al Real Madrid

Isco Alarcón hace semanas que tiene a su representante tanteando el mercado en busca de un equipo donde iniciar una nueva etapa.

Su relación con algunos de los pesos pesados del equipo está en entredicho, mientras que Zinedine Zidane hace días que le puso la cruz.

El técnico perdió toda confianza en el andaluz. El míster apostó por él cuando Florentino Pérez le dio a elegir entre el de Arroyo de la Miel y James Rodríguez, al que acabaron cediendo al Bayern de Múnich. Pero el galo opina que no ha dado el rendimiento que esperaba.

Zidane pone la cruz a Isco

Tanto es así que, de seguir, Zizou no quiere al centrocampista en el equipo la próxima temporada.  Isco, por su parte, lo sabe, y no está dispuesto a seguir si no es un titular indiscutible.  Algo que sí le ofrecen otros clubes como el Manchester City, donde Pep Guardiola hace tiempo que pretende sus servicios.

Los británicos están dispuestos a doblarle la ficha que tiene actualmente en el Madrid y que alcanza los seis millones de euros netos que gana en Chamartín, así como le aseguran que será uno de los cracks indiscutibles del equipo.

Acuerdo de Isco con el Manchester City

De hecho, el de Santpedor y el andaluz hace tiempo que mantienen contactos y que llegaron a un acuerdo. En el Ethihad Stadium está todo listo para darle la bienvenida: dorsal, contrato de galáctico e incluso vivienda para instalarse. Solo sería cuestión de que los dirigentes de ambos clubes se sentaran a negociar. Pero las partes no comparten los detalles sobre el precio del futbolista.

Los citizens valoran al jugador en 40 millones de euros, pero Florentino ya ha dejado claro que por menos de 80 ni se plantea abrirle las puertas. El presidente sabe que tiene la sartén por el mango mientras el jugador tenga contrato en vigor. Y lo tiene hasta el 2022.

La posición del media punta al presidente en esta parcela ha sido clara: o dejan que haga su camino lejos del Santiago Bernabéu o amenaza con rebelarse y convertirse en el polvorín del vestuario blanco. Ya lo ha hecho otras veces y no le costaría repetirlo. La guerra está servida.