Isco humilla a Solari (y al Real Madrid). Y hay hasta video

El malagueño vuelve a mostrar una actitud desafiante

La relación de Isco y Solari sigue sumando capítulos de desencuentros, que enturbian una relación que puede poner su punto final antes de que finalice este mes de enero.

La mala relación entre Isco y Solari

El malagueño y el argentino han sufrido varios enfrentamientos desde que el nuevo técnico blanco llegara al banquillo madridista. Todo comenzó en un entrenamiento en Valdebebas, dónde el de Arroyo de la Miel mostró una actitud que no gustó en el cuerpo técnico.

A partir de ahí, la ‘guerra’ no ha parado. En Eibar llegó uno de los episodios más tensos, cuando en el vestuario y delante de toda la plantilla, el andaluz no quiso saludar a Solari. La discusión fue en aumento, tras ese desplante, y acabó con Isco en la grada ante la Roma.

Más allá de esto y de que el internacional español solo ha jugador de titular en partidos de Copa del Rey, su comportamiento fuera del terreno de juego tampoco ha sido un ejemplo para la plantilla. Y es que algunos, desde dentro, achacan que no lleva la vida de un profesional de élite. Aunque, de puertas para fuera se empeñan en disimular el conflicto. 

La pésima actitud del malagueño

Pero la última llegó en el Estadio de la Cerámica. Con el resultado ajustado, Gareth Bale resultó lesionado. En ese momento, Solari mandó calentar a Isco para que estuviese cuanto antes dispuesto para sustituir al galés y no jugar con diez.

Fue ahí, cuando el ex del Málaga comenzó un lento proceso de preparación: se puso los guantes, se preparó las medias, se colocó el peto con dificultades y arrancó por la banda… Un minuto después de habérselo pedido el técnico. Y todo se puede ver repasando el partido.

Tras el descanso, el mediapunta salió al terreno de juego, pero en el banquillo seguían perplejos con el enésimo desplante de un futbolista que parece seguir retando al preparador argentino.

Isco Alarcón | EFE

Sea como fuere, Isco no pudo evitar un nuevo tropiezo del Real Madrid y su continuidad en Chamartín cada vez está más complicada.