Isco desata la tormenta en el Real Madrid con un feo a Zidane

El crack malagueño deja mucho que desear con su comportamiento

Poco implicado. Es de los que se borran”, esta es la fama que se ha ganado Isco Alarcón desde que fichó por el Real Madrid. Un jugador intermitente y poco comprometido.

Nadie duda del talento del crack malagueño, pero cuando las cosas van mal dadas, es el primero que ahueca el ala. Isco no quiere saber nada de marrones. Y menos si salpican a Zinedine Zidane, al que varios jugadores quieren fuera del banquillo.

El internacional español no viajó a Valencia este fin de semana porque, supuestamente, se había lesionado en el bochornoso partido de Copa del Rey frente al Leganés.

Un “pinzamiento en la cadera izquierda” es el llamativo diagnóstico emitido por los servicios médicos del club. En Valdebebas muchos opinan que todo ha sido cuento.

Fuentes próximas al vestuario del Real Madrid han confirmado a Diario Gol que Isco está muy disgustado. Y lo que pasó en la Copa fue la puntilla. Prefería desconectar. No quería formar parte de otra posible humillación. 

Pasó del Barça y del City

El malagueño es de esos jugadores que cuando entran en bucle es muy complicado que salgan. Cuando estaba en forma era imparable, pero ahora ve las cosas muy negras.

Hay quien sugiere que Isco se arrepiente de no haber escuchado las ofertas de fuera. Tenía una del Barça, para ocupar el puesto que ahora le corresponde a Coutinho.

También Pep Guardiola lo tanteó para el Manchester City. Isco prefirió apostar por “el equipo que más apostó por mí cuando estaba en Málaga”, dijo en una ocasión.

Condenado al banquillo

Con esta puya al Barça, Isco desmentía cualquier pensamiento suyo por marchar al eterno rival. Pocos meses después, ha vuelto a la realidad en el Madrid: el banquillo.

Isco está por detrás de la BBC para jugar en ataque y por detrás de Modric y Kroos para ocupar el centro del campo. No tiene cabida. Está angustiado. Y se borró contra el Valencia.

Isco desata la tormenta en el Real Madrid con un feo a Zidane | EFE