Florentino Pérez o “Hay una rata en el Real Madrid”. Y no es Isco: es más gorda

El crack del equipo blanco en el punto de mira

Sin síntomas de mejora. El estreno del Real Madrid en este 2019 no sirvió para que los blancos mejoraran su imagen respecto a la del años pasado.

Los de Santiago Solari cerraron el 2018 ganando el Mundial de Clubes. Pero nadie olvida la imagen que estaba dejando el equipo en el resto de competiciones. Y ojo, porque los rivales del Mundialito no pasarían de la media tabla en Primera División.

Por eso muchos esperaban que los merengues dieran un golpe en la mesa este jueves en Villarreal para empezar el año con las mejores sensaciones. La oportunidad era inmejorable. Enfrente tenían un rival en horas bajas y que hace semanas que tontea con el descenso. Pero nada más lejos de la realidad.

El Real Madrid, la mejor y la peor cara

El Madrid dominó en la primera parte. Los primeros minutos fueron del Submarino Amarillo, pero tras el gol de Santi Cazorla en el minuto 4, los de Solari se hicieron con el control del partido. Incluso dieron la vuelta al marcador antes del descanso.

Santi Cazorla Villarreal

Pero en la segunda parte volvieron los fantasmas. Se volvió a ver a un Madrid mediocre, sin una idea clara de juego y dejando cada vez más terreno al rival. Y no lograron escapar del castigo. Con un doblete, Cazorla arañó un empate al Real, que se desangró un poco más.

Una situación que cada vez son menos en Chamartín los que opinan que va a cambiar. Al menos hasta final de temporada. Y es que para algunos el problema del equipo es de fondo. Y se trata de un peso muy, muy pesado.

Sergio Ramos, en el punto de mira

“Hay una rata en el Real Madrid”, había avisado ya en su momento José Mourinho. El luso sabe bien qué jugador del vestuario fue uno de los artífices de su salida del club. El mismo que apostó por Julen Lopetegui. El que negó a Antonio Conte en público. El que da soporte incondicional a Solari, a pesar de que sabe que el equipo necesita un técnico de más nivel. Concretamente, el Sergio Ramos que no quiere un entrenador que imponga mano dura en la plantilla.

Un Ramos que sabe con qué perfil de entrenador vivirá mejor en el vestuario. El capitán conoce el tipo de míster que necesita en el equipo para seguir haciendo y deshaciendo, y para seguir metiendo mano en el equipo. Y lo más importante: para evitar que alguien pase la escoba y se lo lleve por delante.`

Y mientras Sergio siga teniendo ese poder, opinan muchos en Chamartín, nada cambiará en un Madrid que se va a la deriva. Y ojo, porque cuando el barco se hunde, ya se sabe quienes son las primeras en huir: las ratas.