Escándalo Mariano: lo que pasó con Sergio Ramos (o “Esto huele que apesta”)

El capitán y el lío con el delantero catalán en el Real Madrid

Ojo que la derrota del Real Madrid en Sevilla está teniendo más consecuencias de las esperadas. Y es que el varapalo que se llevaron los de Julen Lopetegui en el Sánchez Pizjuán fue de los gordos.

Los locales salieron a por todas desde el primer minuto y el Madrid, que salió dormido no, dormidísimo, se marchó al descanso con tres goles encajados. Pudieron ser más, pero los fallos de los delanteros sevillistas y alguna que otra parada de Courtois frenaron la sangría.

Mariano fue un capricho

En la segunda parte, viendo que Karim Benzema estaba naufragando una vez más en el campo, Lopetegui decidió quitar al francés y darle minutos a Mariano. Un cambio que muchos esperaban ya incluso antes del partido.

Y es que el rendimiento de Karim en los últimos encuentros no está siendo el esperado. De hecho, lleva ni más ni menos que cinco partidos sin disparar a puerta. Ridículo. El problema es que Mariano tampoco es que sea el nuevo Pelé.

De hecho, no son pocos los que avisan desde dentro del vestuario que su llegada no ha acabado de convencer a los pesos pesados. Entre ellos Sergio Ramos. Y es que el catalán aterrizó en el Bernabeú más por un capricho de Florentino que por un trabajo de búsqueda de la secretaría técnica.

Como ocurrió el verano anterior con Dani Ceballos, Florentino fue a por él cuando vio que su ex canterano lo tenía casi todo hecho con otro equipo, en este caso el Sevilla. Y con la excusa de que Lopetegui le estaba reclamando un nuevo delantero, Pérez vio la oportunidad de matar dos pájaros de un tiro.

El escándalo con Mariano

El caso es que ahora que ya han pasado unas semanas y se está comprobando que Mariano no es un crack como el presidente vendió, las voces internas ya no se callan. Cuentan que ni Sergio Ramos ni Julen lo pidieron.

Sergio Ramos | EFE

De hecho, el capitán sí que veía con buenos ojos la llegada de Rodrigo, el delantero del Valencia por el que tanto insistió el técnico vasco. Pero era demasiado carao para un Pérez que se embarcó él solo en la llegada de un Mariano que ya está recibiendo más de un palo.

De hecho, la frase de “Esto huele que apesta” ya circula por el entrono blanco. Y es que, una vez más, directiva y vestuario han ido por sendas distintas. Y el perjudicado, como no, es el equipo.