Escándalo Isco en Abu Dhabi: la pelea más bestia en el Real Madrid

El centrocampista estalla en el Mundial de Clubes

Al límite. Isco Alarcón es un polvorín a punto de estallar. El técnico del Real Madrid Santiago Solari ha conseguido lo que quería: terminar con su paciencia. El andaluz quiere irse en enero. No aguanta más al míster.

Isco solo ha sido titular en dos ocasiones desde que Solari aterrizó en el Madrid sustituyendo a Julen Lopetegui.

Solari margina a Isco Alarcón

Una fue contra en la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey contra el Melilla (6-1). Los blancos llegaron a la cita con un 0-4 de renta. La otra contra el CSKA de Moscú en el último partido de la fase de grupos de la Champions League (0-3). Un choque que fue el mayor ridículo de los blancos en la competición continental pero al que llegaban ya clasificados a octavos como primeros de grupo. Es decir, partidos intrascendentes.

En los otros ocho partidos que ha dirigido el técnico argentino Isco jugó saliendo desde el banquillo (Valladolid, Éibar, Valencia y Huesca), se quedó sin jugar ni un minuto (Celta de Vigo y Rayo Vallecano) o simplemente no fue convocado (Melilla y Roma).

Isco | EFE

Así las cosas, el de Arroyo de la Miel se ha sentido señalado. Como si fuera el culpable de los grandes males del Madrid en este inicio de temporada. Y sí es cierto que el rendimiento y la actitud del jugador no son las mejores. De hecho, llegó a encararse con la afición en el choque contra el CSKA. Pero también lo es que hay otros culpables de la nefasta trayectoria del equipo.

La última de Solari a Isco

La gota que colmó el vaso cayó este miércoles, en la disputa de las semifinales del Mundial de Clubes en Abu Dhabi contra el Kashima japonés.

El técnico dejó de nuevo en el banquillo a Isco y solo le dio entrada bien entrada la segunda parte, cuando el resultado ya reflejaba un 3-0 prácticamente definitivo. Es decir, lo sacó para jugar los minutos de la basura.  Santiago volvió a tratarlo como un suplente habitual. Y Alarcón se lo tomó como un nuevo mensaje del técnico. Isco se siente marginado.

La cara de Isco de camino a los vestuarios lo decía todo y Solari no escapó a los comentarios y las miradas del centrocampista. El técnico ya sabe del malestar del futbolista. La guerra civil está servida.

Y si esta no se calma en las próximas semanas solo tiene un final. Y no es nada bueno para ninguna de las partes. Ni para el jugador, que podría salir en globo del club más laureado del mundo, ni para el Madrid, que perdería a uno de los mejores futbolistas del planeta.