Escándalo con Gareth Bale: Sergio Ramos no se lo creía (y comprobó que es verdad)

El jugador galés y su lío en el vestuario del Real Madrid

Una vez más, Gareth Bale ha vuelto a ser uno de los protagonistas en el Real Madrid. Y no precisamente por su buen juego. El galés desaprovechó de nuevo la oportunidad que le dio Zinedine Zidane.

El técnico, consciente que el partido requería ritmo y velocidad por si la cosa se ponía fea, puso a Bale en el once titular ante la Juventus de Turín en el Santiago Bernabéu. El sacrificado fue Karim Benzema.

¿La respuesta de Gareth a la confianza de Zizou? Un remate de tacón al inicio del partido y poco más durante los 45 minutos que jugó. Y es que, viendo que la opción del de Cardiff no había salido bien, al míster francés no le tembló el pulso y lo cambió en el descanso.

El show de Gareth Bale

Y ese cambio en la media parte fue el detonante de la enésima polémica del delantero en el vestuario blanco. Una vez acabado el partido, y con la excitación de ver como un penalti en el último minuto había salvado a los blancos, la alegría en el vestuario se desbordó.

Sin embargo, Bale no estaba para muchas sonrisas ni celebraciones. De hecho, el delantero decidió que la fiesta no iba con él y fue de los primeros jugadores en marcharse del Bernabéu.

Algo que Sergio Ramos comprobó en primera persona. El capitán tuvo que ver el partido desde la grada por sanción, y cuando le avisaron que el galés se había ido, no se lo creía. Tanto es así que bajó al vestuario y lo vio con sus propios ojos.

La situación del galés se complica

Un follón que no hace otra cosa que complicar aún más las cosas a Bale y al club. En la directiva son conscientes que el crack debe hacer las maletas. Por lo que cobra y lo que juega ya no les sale a cuenta.

Pero Florentino Pérez tiene dos problemas. Por un lado, nadie quiere pagar lo que él pide por Gareth y, por otro, el jugador ya ha dicho que no quiere ser moneda de cambio de nadie. Que sólo se irá a donde él quiera.

En pocas semanas la temporada habrá llegado a su fin y será el momento de sentarse a hablar y a negociar una salida que, tras episodios como el del pasado miércoles, se antoja cada vez más necesaria pero a su vez más complicada.